Páginas

martes, 21 de octubre de 2014

Un bonito domingo por el Baix Camp y Priorat: Prades y Siurana

Hoy recuerdo con nostalgia el buen domingo que acabo de pasar por el interior de Tarragona!
Para celebrar lo que sería sin duda el último domingo de otoño tan bueno, nos fuimos de excursión a Prades, la llamada "Villa roja" por sus construcciones de piedra roja que le dan un color especial a todo el centro histórico.

Nos adentramos por el parque natural de la provincia de Tarragona,  y disfrutamos del paisaje mientras recorremos la ruta sinuosa hasta Prades. Nos sorprende la cantidad de coches aparcados por los laterales, y es que sin saberlo, hemos venido el día de la fiesta de la seta! y es fiesta mayor en Prades. Así que lo que iba a ser un día de excursión tranquilo se convierte en una odisea para encontrar un restaurante con una mesa libre.
Puerta de Prades

Llegados a Prades, decidimos entonces comer primero y luego disfrutar del paseo. Damos una vuelta de reconocimiento de menús y cartas propuestos por los diferentes locales, y nos decidimos por el primero que vimos a la entrada del pueblo, "El Racó d'en Manelic". El menú anunciado en la entrada por 18€ parecía variado aunque con muchos platos con suplementos, así que sabíamos que el precio se iba a disparar un poco, aunque viendo comparando con los demás restaurantes del sitio, ninguno se hacía competencia en cuanto a precios. Por un lugar tan remoto, nos pareció bastante caro, pero sin llegar a sorprendernos demasiado, esto es Cataluña!

De primeras, el camino de entrada de dicho restaurant parecía muy descuidado con plantas y malas hierbas invadiendo el camino. Cuando abrimos la puerta del local, un olor a humedad nos invadió, parecía que las setas se criaban ahí en vez del bosque!
Una señorita nos atiende detrás de un mostrador, y vemos que el restaurante está aún vacío. Le preguntamos si podemos tener mesa para dos, y nos pregunta "para comer ahora?". Vaya preguntita! Le digo "bueno es hora de comer, no?". Y me contesta que sí pero que aún están montando las mesas! O sea que son las 13h40 y aún no han terminado de montar el comedor! Por ,o visto la fiesta se alargó para todos.
Llama a la compañera que está haciendo montando las mesas a su ritmo, y ésta con una cara de pocos amigos nos dice que está todo bastante completo, pero como pretendiendo que nos está haciendo un favor, nos dice que volvamos dentro de un cuarto de hora, pero rapidito.
¡¿Hé?! Le digo que cómo rápido?! Que si no es posible, que nos lo diga y nos vamos a otro sitio! Y nos dice que no, que si venimos a las dos en punto, vale. Dejamos el nombre pero con la intención de no volver y que se apañaran ellos con su mesa!
Nos hicieron sentir como unos intrusos muy poco oportunos que se colaban en la fiesta del pueblo! Me parece indignante ese trato tan poco profesional e intolerable por parte de un establecimiento de restauración el que igual no se han dado cuenta aún, pero los que les hacemos un favor dejando nuestro dinero en su local, somos los clientes! y si nos tratan mal, pueden estar seguros que haremos correr la voz! Pero que cuenten con los habitantes de su pueblo para sobrevivir!

En fin, que después de esta desagradable experiencia, nos dirigimos a probar suerte en otro sitio: el "Nen de Prades", el local igual de vacío, preguntamos y nos atienden con mucha amabilidad y una sonrisa lamentando no poder darnos una mesa porque está todo reservado. Bueno, lo entendemos, no era tan difícil mostrarse amable. Nos invitan a coger una tarjeta para reservar si algún día volvemos por ahí.
No miré si era fiesta del pueblo o no ese día, así que mea culpa por mi parte, pero creo que lo bonito del turismo es también ir un poco de aventura a ver qué te vas a encontrar y tener la posibilidad de elegir en el mismo sitio el restaurante más acorde con tus gustos y posibilidades.

Pues nada, están las terrazas llenas de gente tomando aperitivo, y por fin intentamos en otro local ubicado en la Plaza Mayor debajo de los arcos, "Restaurant l'Estanc". Nos esperamos un precio elevado como los que han desfilado ante nuestros ojos por las calles del pueblo. Pero queremos probar la gastronomía ya que forma parte del placer de la excursión. Aunque por lo visto, otra vez habrá que preveer bocadillos!
Otra vez nos sentimos un poco violentos por no tener mesa reservada y las miradas de reproche, pero nos dicen de esperar a ver si hay mesa para dos. ¿Qué pasa, qué no están acostumbrados a recibir turistas de fuera?
Y esperar es lo que hacemos durante 20 minutos sin que nadie nos diga nada, sino que "lo están mirando". ¿Qué hay que mirar exactamente? Se puede o no?
Bueno por fin nos dan la mesa, y bajamos al nivel inferior. La verdad que el local es acogedor y típico, con un ambiente agradable, entre piedras y luz tenue de una lamparita en cada mesa.

No hay menú sino alguna sugerencia y carta con precios elevados por supuesto. Agradecemos que nos hablen en castellano y que la carta también tenga traducción. Nos decidimos por compartir de primero una ensalada de queso de cabra, bastante buena con mezcla de frutos secos, pero el azúcar del queso no se ha caramelizado por completo y tenemos que apartar todo lo que queda debajo.
De segundo, probamos el cordero, y la llonganisa de Prades. Está bueno todo, y el servicio rápido.
Restaurant l'Estanc, Prades (bajo los arcos de la Pza mayor)

Ensalada de queso de cabra, Restaurant l'Estanc, Prades

llonganisa de Prades, Restaurant l'Estanc

Cordero, Restaurant l'Estanc, Prades

El postre consiste en varias propuestas más acordes con un local de menus diarios que un restaurante de categoría como pretende serlo éste. Y viendo que el flan de huevo sólo sale por 4,80€, nos decidimos por compartir un pijama (7,80e) que lo lleva todo: helado, melocotones y piña en almibar, flan y a rellenar el plato con nata montada! Bueno, nada del otro mundo.
Pijama, Restaurant l'Estanc, Prades
Pero cuando llega la cuenta, habiendo pedido sólo agua, una clara y un café de bebidas, nos encontramos con que los precios de cada plato se ven incrementados por unos números debajo que no sabemos a qué se corresponde, aún a sabiendas que el iva no estaba incluido. Habiendo compartido el entrante y el postre, nos sale todo por casi 60€ !! Vamos que ni en un buen restaurante costero nos saldría esto! Nos pareció un robo ni más ni menos. Pero como no queríamos quedarnos con mal sabor de boca, preferimos dejarlo estar, total no volveremos en mucho tiempo, y por fin disfrutar tranquilos de nuestro merecido paseo por Prades, sin toda la muchedumbre de la fiesta del día que estaba en estos momentos comiendo.
De verdad que no entiendo que en estos lugares dónde te pierdes una vez por conocer y descubrir lo que pueden ofrecerte, nos encontremos con gente arisca, precios más caros que en la propia costa, y gente demasiado suya. Sin contar que todo estaba plastificado de amarillo, suponemos que era parte de la reivindicación política del momento, pero toda una decepción para tomar las fotos apropiadas del lugar.
Iglesia de Prades

Plaza Mayor de Prades

lateral iglesia de Prades

Prades

Entrada Prades

Prades

Restos Castillo de Prades

Bueno, el paseo con el calorcito nos fue muy bien. Nos dejamos perder por las pocas calles del centro, alguna foto de recuerdo, y reempredemos la ruta con destino a Siurana, en el Priorat.
La carretera sinuosa y estrecha no impide que el espectáculo que se muestra ante nosotros aparezca impresionante a cada vuelta de curva. Se suceden muros verticales, impresionantes macizos que parecen observarnos impasivos, y un trío de colores intensos entre el verde de la vegetación, el rojo tierra y el blanco cálizo de la montaña. Y al final del camino nos espera este precioso pueblo medieval descrito como uno de los rincones con más encanto y belleza de la provincia.
Vista desde Siurana

Nos sorprende que haya un hotel y un cámping en aquel lugar tan remoto, pero la paz debe de ser envidiable lejos del bullicio de la costa, aunque cuando más nos acercamos, vemos que de tranquilo no tiene mucho el pueblecito, hay muchísimos vehículos aparcados. ¿Será por este día de octubre tan caluroso?
Dejamos el coche en el parking de tierra arriba. Y empezamos a deleitarnos con las vistas únicas que ofrece el lugar. Los árabes no podían haber encontrado mejor enclave para su castillo. De ahí que fuera el último reducto de la reconquista en Cataluña.
Ya nos adentramos en el pueblo de Siurana. No nos esperábamos que estuviera tan bien conservado ya que al leer informaciones por internet, decían que se trataba de un pueblo medio abandonado, así que no sabíamos si íbamos a encontrarnos con edificios ruinosos. Y la sorpresa fue muy grata, el conjunto está conservado en su estado máximo. Suponemos que en los meses de invierno más fríos, no reside demasiada gente por el lugar, pero el resto del año parece que está bastante animado. Además, tiene bar, restaurante, hotel, casa rural.

Las vistas desde cualquier rincón del lugar es de lo más espectacular, para los fotógrafos, aunque aficionados como yo, la cámara no deja de funcionar. El sentimiento de paz y de hermosura de la naturaleza es incomparable con ningún otro sitio. Realmente, vale la pena acercarse hasta este rincón tan único y que ofrece tanto al visitante que sabe apreciarlo.
Bar, Siurana

Pueblo de Siurana

calle de Siurana

Ruinas del castillo de Siurana
Vista del pantano de Siurana

Siurana

Vista desde Siurana

Pantano de Siurana

Sólo rompe esta experiencia casi religiosa algún que otro turista poco merecedor de la belleza de tal lugar, pero aunque las ganas no faltan, y hay muy poca seguridad por no decir ninguna en cuanto a vallado del acantilado, no podemos arriesgarnos a hacer que tropiece nadie y se caiga! Bueno sólo era un pequeño arrebato del asesino interior que llevamos dentro, je je.

Seguimos el paseo por este lugar encantado, admiramos la vista sobre el Río Siurana y su pantano. No dejamos de buscar la huella de la herradura del caballo de la Reina mora Abdelazía, hija del Señor de Siurana. Cuenta la leyenda que antes de rendirse a los cristianos, prefirió lanzarse desde un risco montada en su caballo. De ahí la marca de herradura que provocó su caballo en la roca, en un intento fallido de frenar tan obstinado deseo. Y de ahí que el principal mirador de Siurana se llame "el Salt de la Reina Mora".

Río Siurana

Iglesia de Siurana


Iglesia de Siurana

Vista desde Siurana

Nos gustaría poder quedarnos más tiempo disfrutando del panorama, pero nos esperan dos horas de regreso, así que tenemos que desistir de ver la puesta de sol como muchos vienen a ver, aunque no creo que sea la mejor época del año, ya que el atardecer no ofrece las mismas tonalidades de colores en otoño que en los días largos de verano. Y no quiere ni imaginar la cantidad de gente que habrá entonces.
Y cuando bajamos hasta el pantano para admirar la cima sobre la cual se alza Siurana, nos damos cuenta de que, en efecto, hay algo de bruma y el sol desaparece tímidamente.
Presa de Siurana

Vista de Siurana desde el pantano
Vista de Siurana desde el pantano
Nos vamos del lugar con una alegría y una satisfacción de un día de excursión precioso! Las anécdotas del día enriquecen la experiencia, y nos sentimos afortunados de haber podido contemplar tan maravilloso lugar! Ojalá el hombre no lo desgaste y sepa respetarlo como se merece.



martes, 7 de octubre de 2014

De excursión por las Terres de l'Ebre: Miravet y Benifallet


Ya he cumplido un año más! y por la ocasión, vamos a disfrutar de un bonito día de excursión por el interior de la provincia de Tarragona, dónde se encuentra la comarca de la Ribera d'Ebre. Y más concretamente, visitaremos el pueblo de Miravet, en el que tuvo lugar la famosa Batalla del Ebro, situado en medio de un pequeño valle rodeado de increíbles paisajes, con su frondoso bosque de ribera, y las sierras de Cardó al fondo, y predominando sobre la cima de su colina, su imponente Castillo andalusí árabe reconvertido en fortaleza-monasterio por los templarios, tras su reconquista en 1153, y es el segundo castillo románico más importante en España después de Loarre.

Después de hora y media de camino, tomando la dirección de Mora d'Ebre, llegamos a Miravet. Y nos encontramos con que es la fiesta del pueblo. Hay romería de caballos preciosos. Y decidimos aparcar en la cooperativa agrícola en la entrada del pueblo para evitar hacer cola con el coche detrás de los animales. En la misma entrada del pueblo, está ubicado el Restaurant Pizzo, aunque sólo está la señal enorme de "Restaurante" que confunde un poco. Luego os hablaré de dicho establecimiento ya que lo elegimos para comer por los buenos comentarios de Tripadvisor.

Nos adentramos a pie por el pueblo de Miravet con los caballos pasando a nuestro lado, que a mi siempre me da mucho respeto. Y llegamos a Lo Racó del Temple, la oficina de turismo. Pensando en que podríamos hacer visita guiada, resulta que por lo visto al ser día de fiesta, no se hacía, o había que concertarla. La verdad que viniendo de algo lejos sin saber lo que te vas a encontrar ni a la hora exacta que vas a llegar, no piensas en reservar antes. En fin, nos atiende un señor muy amable, nos da un mini plano, y nos dice que tenemos tiempo de visitar el castillo que cierra a la 13h30.

Nos encaminamos hacia el monumento, y tenemos que subir por un camino casi impracticable en la colina, empinado y lleno de piedras, para nada habilitado para favorecer el turismo. También se puede acceder en coche por ruta asfaltada, pero como habíamos aparcado a la entrada del pueblo por el tema del desfile de caballos, no íbamos ahora a dar la vuelta.
Pues allá vamos, con poca destreza y echando de menos a los burros de las islas griegas que para estos caminos, son campeones! El sol aprieta hoy, y llegamos un poco acalorados después de 10 minutos largos de subida, pero sin accidente alguno.
Dos entradas al castillo nos cuestan 7€. Y recorremos los vestigios del castillo con las explicaciones del folleto y nuestra facultad imaginativa para recrear mentalmente cada dependencia en la época.
Nos adentramos en la torre que conduce a la azotea, pero es toda una odisea llegar hasta arriba por la escalera de caracol tan pronunciada y estrecha, que da algo de "yuyu".
En realidad, lo más bonito de este castillo es la vista panorámica que se puede observar desde ahí, es impresionante! El meandro del Tamarigar, el bosque de ribera, los campos de frutales, un enclave precioso! Ahora entendemos lo que le da ese encanto especial que hace de Miravet uno de los pueblos más bonitos de España por su conjunto paisajístico.

Vista del pueblo de Miravet desde su castillo
Castillo de Miravet
Castillo de Miravet
Vista del río Ebro desde el castillo de Miravet

El pueblo en sí no es tan espectacular, queda algún vestigio de la época, y la Iglesia Vieja renacentista de la orden del Hospital construida sobre la antigua mezquita árabe, sólo visitable con visita guiada concertada, otra vez más, una pena no haber podido admirar sus pinturas murales y demás obras; y alguna calle algo pintoresca no siempre merecedora de recuerdo fotográfico por alguna casa abandonada mal mantenida, como habitual desde la crisis, por lo difícil que resulta mantener negocios abiertos en pueblos alejados con escasa propaganda. Así que se da la vuelta al pueblo muy rápido.
Calle de Miravet
Lateral de la Iglesia Vieja de Miravet
Vista desde la plaza de la Iglesia de Miravet

Y como ya es hora de comer, nos dirigimos al Restaurante Pizzo en la entrada, porque sólo hay dos bares pequeños en la plaza dónde en ese momento parecen estar todos los habitantes del lugar tomando vermut o comiendo en la terraza a orillas del río. Y la otra opción es el Restaurante el Molí de Xim, y nos decantamos más por calidad precio, antes que por ubicación y decoración.

Hay algún coche y autocar en el parking del restaurante, y esperamos que a pesar de parecer el típico local de turistas, su fama haga honor a la verdad. Subimos a la planta dónde se encuentra el restaurante, y tanto la terraza como el primer comedor están completos, pero hay otra sala muy grande dónde hay algunas mesas ocupadas.
Nos ofrecen una mesa tranquila y nos atienden con mucha amabilidad, y no tardan en tomarnos nota de los platos elegidos del menú que podéis consultar en su web: www.restaurantpizzo.com.
Hay tres platos a elegir más el postre. Para mi, será zumo de tomate, mejillones al vapor, y platija frita con champiñones y patatas con una salsa de perejil y ajo. Mi marido elige crema de verdura casera (caliente), ensalada de langostinos, y gambas a la plancha. Un menú casero buenísimo! Platos sencillos pero elaborados con cariño. De postre, como no queda tarta de manzana, elegimos sandwich de helado de turrón, rico y digestivo.
Todo estaba como esperado y mucho mejor que en un local turístico convencional. El servicio impecable, y muy buena atención por parte de la dueña y de sus hijos, ya que es un establecimiento familiar. Les deseamos que sigan así de bien, y con estos precios insuperables: 12,50€ (sin bebidas) el menú incluso fines de semana y festivos, lo poco visto comiendo tan bien, sin sentirnos empachados sino listos para seguir con nuestra jornada turística y una sonrisa dibujada por la satisfacción de una buena comida.

Si debo buscar un defecto, como por lo habitual en muchos pueblos pequeños, y paradójico ya que suelen sobrevivir gracias al turismo, encuentro que es una pena que no haya un buen marketing para promover el turismo o incluso de los propios locales que deberían invertir en algo más de publicidad, como mejorar el cartel de la entrada, que por mucho que sea bien grande, no se sabe qué restaurante es ya que no indica el nombre ni el menú a pie de carretera, y quizás muchos turistas no quieran adentrarse hasta el local situado al fondo del callejón, en la planta de arriba del casal del pueblo.
Con una buena pancarta y una pizarra, sin incurrir en demasiados gastos, creo que podrían atraer a más clientes aún. Y actualizar un poco la decoración con una mano de pintura y algún que otro pequeño detalle en las mesas, como una vela o una flor, le daría un aspecto más moderno y de paso le haría más competencia al otro restaurante del pueblo que por su ubicación en el centro, a pesar de sus precios muy elevados, seguramente atrae en mayor medida a los turistas.

Antes de dirigirnos al "pas de la barca", nos detenemos en el pequeño embarcadero justo al principio de la carretera de la barca, para tomar fotos de la vista pintoresca del lugar.
Vista de Miravet desde el embarcadero
Vista de Miravet desde el puente del embarcadero
Nos llevamos este bonito recuerdo, y como tenemos que cruzar el río para nuestra próxima visita a las cuevas de Benifallet, vamos hasta el pas de la barca, al final de la carretera, para coger el último transbordador original de todo el Ebro que aún funciona sin motor, cruzando el río mediante cables suspendidos tan sólo con la corriente del agua y la maestría del barquero.
Es muy curioso ver como una especie de balsa-ferry puede soportar el peso de dos coches.


Pas de la barca de Miravet
Pas de la barca de Miravet
Esperamos a que la barca regrese y vivimos la experiencia (3€ / coche), observamos un precioso pato en la orilla acicalándose las plumas. Y disfrutando de la mini travesía tomamos las fotos del momento, ya que en pocos minutos ya estamos en la otra orilla.

Barca de Miravet

Nos detenemos en un lateral de la carretera para plasmar la última estampa del pueblo y su castillo en la distancia.
Vista del castillo de Miravet desde la orilla sur del Pas de la barca

Llegamos a Benifallet y seguimos la señal de las Coves a 5km. Nos adentramos en el parque natural hasta llegar al parking de las cuevas, y nos dirigimos a la caseta-bar dónde nos atienden. Preguntamos por el pax cuevas + laúd (embarcación para un recorrido de unos 45 min sobre el río Ebro). Por desgracia, a pesar de ser aún pronto, nos dicen que si visitamos las cuevas antes, no nos dará tiempo hacer la travesía. Y de todas formas, si no hay bastante gente, no se emprende el crucero, y lo mejor es concertar cita, otra vez. Deberían comprender que al no ser de esta zona, no podemos concertar visitas. Es una pena que las actividades turísticas estén tan restringidas en su uso y poco anunciadas, ya que no vimos ningún cartel en toda la carretera que publicitará el crucero ni el embarcadero, Igual por eso no hay tantos turistas para embarcar?!

Empezamos nuestra visita (7€/pers.) por la Cueva del Dos y luego entramos en la Cueva Maravilles, sólo éstas dos están abiertas al público y no en su totalidad. Pero merece la pena la visita, la belleza de la naturaleza siempre es digna de admirar, y el espectáculo siempre nos queda en la retina. Bueno cuando ya se ha tenido la oportunidad de ver algo tan impresionante como Le Gouffre de Padirac, en Francia, está claro que no podemos comparar los demás sitios, cada uno tiene su propia belleza. La lástima es no poder hacer fotos aún sin flash, por voluntad del alcade, que hay que vender postales!

Cueva Maravillas
Cove Meravelles

Nuestro pequeño recorrido turístico acabado, dejamos el pueblo de Benifallet y el laúd quizás para otra ocasión, aunque dada su situación un poco remota y carente de otro atractivo turístico por la zona que nos quedase por descubrir, no sé si volveremos por aquí. Una lástima para los turistas que deseamos disfrutar de todas las atracciones del lugar, y una pérdida de dinero evidente para los habitantes. Creo que aún queda mucho por aprender.

De camino de regreso, vemos al borde de la carretera una señal de "poblado ibérico". Decidimos aventurarnos y seguimos un camino de tierra hasta llegar a un local, ¡vacío! y ninguna información más. Abandonamos la furtiva excursión decepcionados una vez más por la falta de información turística y carencia de mantenimiento de lugares históricos.

El día ha sido bonito y aún tenemos tiempo para darnos un homenaje con motivo de mi cumpleaños: un pequeño paseo por Cambrils y un buen gofre con chocolate acompañado de un smoothie en la cafetería Il Capriccio pone la guinda a este día tan especial!


Espero que os animéis a hacer esta excursión por estos bonitos parajes y que viváis vuestra propia experiencia. No hay nada cómo descubrir lugares y sentir que uno ha vivido, aunque sea por un día.
                                                                                     



viernes, 27 de junio de 2014

En San Juan, pequeño recorrido por Aragón y Navarra...

Un año más, nos escapamos por San Juan huyendo de los petardos y fiestas del litoral para buscar un poco de paz y diversión para los ojos. ¡Y qué mejor que un pequeño circuito por el Noroeste de Aragón y parte más oriental de Navarra!

Nos decidimos por visitar la comarca de Cinco Villas y Sos del Rey Católico nos pareció el lugar idóneo para alojarnos ya que está situado a una distancia razonable de los sitios turísticos de los alrededores.
Como siempre, reservamos por Booking (para poder cancelar en caso de) y encontramos una buena oferta en el Hotel Vinacua con buenos comentarios, 132€ dos noches con desayuno incluído (57€/noche + desayuno 4,50€/pers).
Al cabo de unas  cuatro horas de ruta en coche, cruzando un parque eólico grandioso, y por una carretera en bastante mal estado, llegamos por fin a Sos del Rey Católico. El Hotel Vinacua se encuentra en la entrada justo del mismo. No tiene aparcamiento privado, pero como no es aún temporada alta, encontramos un sitio para aparcar muy cerquita. Cogemos el equipaje y nos dirijimos a la recepción del hotel. Pero resulta que está completamente vacía! Hay un cartelito en el mostrador que nos indica que si no hay nadie, hay que dirigirse al restaurante Vinacua a unos metros.
Por no pasearnos con la maleta, la dejamos otra vez en el coche, y para allá vamos! Nos atiende un camarero agradable que nos invita a pasar al comedor para comer. Sabe que venimos para hacer el check-in, pero como ya es hora de comer y el personal está completamente volcado con el restaurante, tendríamos que esperar a que acabaran o que se molestase alguno para atendernos en recepción. Así que como teníamos intención de probar el restaurante, aunque nos sentimos algo cohibidos por la circunstancia, vamos a probar el menú.
El restaurante es bonito, con una decoración moderna barroca, y dispone de varias salas: comedor grande, parte cafetería y barra, y pequeño comedor en el fondo para huéspedes del hotel para tomar el desayuno.
El menú es muy sencillo (3 primeros y 3 segundos a elegir + postre) y el precio algo elevado pero normal por el sitio turístico 12€ + IVA. Elegimos los garbanzos con chorizo, buenos, y la ensalada variada, sencilla pero fresca. Y de segundo, merluza a la romana, un filete generoso, y jarrete de cordero, bueno también, cada plato acompañado por patatas fritas. Los postres bien también aunque no memorables ya que no los recuerdo, creo que eran tarta o flan. El servicio no fue de los mejores, no por la falta de rapidez sino porque la camarera parecía tener un mal día y no sonreía ni a las de tres, sólo dejaba los platos y listo.
Fue una comida sencilla y rápida como para hacer tiempo antes de registrarnos en el hotel y poder acomodarnos antes de nuestra visita por el pueblo. Pero aunque la carta bastante extensa y variada (pizzas, hamburguesa, tapas, platos etc...) con sus precios estaba anunciada en el rellano de las plantas del hotel, no nos dio ganas de repetir otro día por el ambiente tan frío.

Al ver que habíamos terminado la comida, el camarero nos avisó de que podíamos dirigirnos al hotel dónde la recepcionista ya se encontraba. Y eso hicimos. Nos atendió muy amablemente, y nos dio mapas e información de los lugares que queríamos visitar.
Ya podemos subir a nuestra habitación, no es demasiado grande pero me parece perfecta para la ocasión. La decoración es moderna como me gusta, y la ventana da a las montañas y el campo, muy bonito paisaje. Sólo falta un banquito para el equipaje, y quizás una neverita para poder tener el agua fresquita, pero no imprescindible, hay armario, escritorio y tv. En cuanto al baño, hay de todo: gel, champú, peine, etc.. Y es amplio con una gran encimera, y una buena ducha, pero como suele ser recurrente en los hoteles, falta algún espejito más con mejor iluminación para poder maquillarse, una repisa en la ducha para dejar los productos, y una mampara que abarque mejor el rincón ya que la que hay de una sola hoja no es suficiente y cada vez que nos duchamos, se inundaba buena parte del suelo, sin contar que no hay soporte de pared y hay que mantener el mango en la mano para evitar que todo el agua se salga fuera. Referente a la cama, aunque siempre suelo viajar con mis almohadas, las que habían parecían muy cómodas, el colchón un pelín blando para mi gusto pero no se notaban los muelles ni nada así que dormimos bastante bien. Y sobretodo disfrutamos del silencio, aunque por la mañana hacia las 8h30-9h, se ponía en funcionamiento alguna máquina de una nave casi enfrente, pero no duraba mucho, así que no fue tan molesto puesto que a esa hora ya nos preparábamos para las excursiones previstas.
Hotel Vinacua

Habitación 205 del Hotel Vinacua

Baño del Hotel Vinacua
Vista desde la habitación 205 del hotel Vinacua
Restaurante Vinacua
Ya estamos listos para la visita de Sos del Rey Católico. El pueblo es muy bonito con todas sus calles medievales, y balcones llenos de geranios le dan un toque de color. Está todo muy bien conservado y las calles limpias.
Nos dirigimos a la oficina de turismo ubicada en el Palacio de Sada y escogemos la visita a la Villa y al centro de interpretación ubicado en el mismo palacio por 6,40€/pers. Somos un grupito de unas 15 personas y emprendemos el camino tras nuestra guía que tampoco parece muy risueña. La verdad que nos sorprende la forma de ser de los habitantes bastante cerrada en comparación con lo habitual en Aragón, dónde la gente suele ser muy abierta y amable. Algún señor mayor paseando nos saluda y rompe con la seriedad de la mayoría, es agradable, pero en un pueblo que vive exclusivamente del turismo, se hace raro esta falta de expresión en muchas caras.
La visita es interesante, siempre viene bien saber lo que se está viendo, pero algo más de alegría la hubiera hecho más divertida. Acabamos el recorrido por Sos, y parece que somos los únicos en haber elegido también la visita del palacio. Ahí nos espera otra guía y una pareja de turistas más. La verdad que no vale la pena ver la Casa dónde nació Fernando el Católico, porque a pesar de alguna información, sólo hay paneles explicativos de la historia del rey católico, y pasamos de una estancia a otra para ver un audiovisual poco recreativo.
En su habitación de niño, hay una cuna de la época que se mece sola, algún poltergeist? Y la proyección no se ve muy clara. Bueno hemos dado la vuelta al palacio, y algo hemos aprendido aunque poco, pero recordando la serie de "Isabel la Católica", ya tenemos la historia más completa. Lo que nos sorprende es que si Sos del Rey Católico es tan importante por ser el lugar de nacimiento del rey más emblemático de España, ¿por qué poca gente conoce el lugar o incluso su nombre no es de mucha fama? Como siempre, hay muchísimos pueblos que viven y sobreviven únicamente del turismo, y la falta de marketing es más que evidente, una pena ver las numerosas casa en venta y que estos pueblos se queden cada vez más desérticos y en el olvido. La falta de dinero incluso acarreo que se dejara de dar lugar al festival anual de música Luna Lunera tan famoso en este sitio. Lástima que nadie invente alguna alternativa para fomentar el desarrollo económico de estos lugares que deberían ser conocidos por todos, en vez de esperar a que las cosas cambien por sí solas. Bueno así es en todas partes.

Portal de Zaragoza, entrada de Sos el Rey Católico
Palacio de Sada


Portal de la Reina
Casa de la Villa
Soportal Plaza Mayor, Sos
Iglesia de San Esteban
Iglesia de San esteban
Exteriores iglesia de San Esteban
Vista desde Sos


Tejados de Sos del Rey Católico

Nos deleitamos paseando más tranquilamente por Sos, y perdernos por sus laberínticas callejuelas, y ya es hora de regresar al hotel para refrescarnos para la cena. Había pensado probar cada uno de los restaurantes del lugar, ya que por comentarios de Tripadvisor y otros, parecía que los mejores sitios estaban en Sos. Mientras nos preparamos para salir a cenar, llega una tormenta increíble, con viento huracanado y tornado incluido! Cae hasta granizo! menos mal que estamos en la habitación! Esperamos a que pase durante una hora en la que no se podían ver ni las montañas de enfrente.
Ya son las 22h, y si queremos cenar, hay que salir ya, no vaya a ser que nos pase como en Albarracín que la mayoría de los locales cerraban a las 22h!
Nos encontramos con que el restaurante Mayor25, él que habíamos elegido para nuestra primera velada en Sos, estaba cerrado. Resulta que sólo abre el fin de semana, y parece ser que el domingo por la noche no forma parte.
La Cocina del principal tampoco estaba abierta, pero es que ni había cartel que lo pusiera, simplemente todo estaba cerrada a cal y canto. Así que no nos quedaba más opción que ir al bar de la entrada que parecía algo cutrecillo, pero lo importante era poder cenar algo. Pues bien, como suponíamos ya que los demás restaurantes estaban cerrados, el Bar Landa estaba bastante lleno, así que tuvimos que esperar un rato en la barra a que se liberase una mesa. La decoración es bastante antigua, pero tiene bonitos cuadros de cerámica del pueblo en las paredes. Luego los dueños son muy agradables y les gusta hablar mucho! pero siempre es bien recibido un trato abierto y amable.
Tienen una carta dónde hay bastante para elegir, entre tapas, platos combinados, ensaladas, bocadillos, tostadas, está muy bien, y el precio de los mejores. Nos decantamos por probar las patatas bravas, el variado de pinchos y los huevos rotos con jamón y foie gras. Tuvimos que esperar un poco para tener todos los platos, y es que por la noche, la dueña se ocupa sola de la cocina, pero valió la pena porque todo estaba buenísimo! El postre, el flan de requesón está de lujo, muy ligerito después de esa cena. Se lo trae un proveedor al que le han ido aumentado el pedido ya que es el postre más demandado. Añadiendo dos vermuts, dos bebidas y un café con hielo, la cuenta nos salió por 28€ la pareja, o sea que muy asequible.
Carta del bar Landa de Sos del Rey Católico
Carta del Bar Landa de Sos el Rey Católico
Segundo día en Sos del Rey Católico, la noche ha sido tranquila y silenciosa. Se escucha durante un rato el ruido de alguna máquina de una nave en frente, pero poco dura. Ya estamos listos para probar el desayuno del Vinacua.
Llegamos al restaurante y nos dirigimos al comedor de los huéspedes, estamos sólos, la mesa está lista con mermeladas y mantequilla. En seguida nos atiende el señor de la barra que nos trae un plato con dos bocadillos de tortilla y chistorra, uno con napoiltanas de chocolate y bizcocho, y una panera con tostadas calentitas. de bebida, zumo de naranja natural y café o lo que queramos. Vamos que un desayuno super completo! Aunque algunos echaran en falta algún lácteo o fruta, a nosotros nos pareció perfecto para aguantar toda la mañana hasta la hora de comer. Como siempre nos falta algo de simpatía por parte del personal, pero lo importante es tener contento el estómago ahora mismo.
Desayuno del hotel Vinacua

Dejamos los bizcochos porque ya no nos cabe más, y emprendemos nuestra ruta hacia el Castillo de Javier a unos 21km de Sos, abre todos los días. Como nos dijo la recepcionista del hotel, las carreteras de Navarra son "otro mundo", y comprobamos que están en mucho mejor estado que las de Aragón.
Llegamos a Javier y dejamos el coche en el parking de lo que parece ser un pequeño complejo anexo al castillo. Es un lugar de paz, con hotel y restaurante muy bonitos por fuera. Y aquí está...en una esplanada se aparece ante nosotros el Castillo de San Francisco Javier...precioso!

Castillo de Javier
Nos deleitamos con la vista de los exteriores, parece que hay muy pocos turistas hoy, mejor, la visita se hará más placentera siendo tranquila. No vemos la indicación de la entrada, así que decidimos volver a la oficina de turismo que hemos dejado atrás, pero ésta se encuentra cerrada, parece ser que se comparten con el pueblo de Sangüesa. Pues, nada, probaremos a entrar directamente al castillo, y ahí está la recepción! La visita es por libre y podemos coger un audio-guía por 4,25€ por persona, así que no lo dudamos, la visita se hará más interesante si sabemos lo que estamos viendo.
 A cada estancia, se nos da explicaciones de la historia del castillo y de la vida de San Francisco Javier. Se empieza por unas escenas o Dioramas representando la vida del santo, y en otras estancias dónde Javier pasó parte de su vida, hay muebles de la época y retablos, maquetas. Las vistas desde arriba son inigualables, estamos en el prepirineo. Acabadas la toma de fotos oportunas, salimos del castillo para ver la Basílica anexa.
Os recomiendo la visita del Castillo de Javier, no os defraudará, está muy bien conservado, y es de los más bonitos de España.


Basílica




Antes de dar una vuelta por Sangüesa, ruta del camino de Santiago, queremos ver el embalse de Yesa y admirar el paisaje desde ahí, pero resulta imposible ya que la carretera está cerrada por culpa de las obras del embalse, las mismas que parecen no tener contentos a los vecinos del lugar.
Llegamos a Sangüesa entonces, nos avisaron de que no se trata de un conjunto monumental sino que tiene algunos monumentos esparcidos por el pueblo. No se ha respetado la arquitectura medieval de las viviendas y por eso, no se aprecia de la misma forma el esplendor de los vestigios, como la Iglesia de Santa María la Real, la Casa Consistorial en la calle Mayor, calle de comercios, alguna otra casa y palacio señorial como el Palacio del Princípe de Viana.
Iglesia de Santa María la Real



Casa Consistorial
Calle Mayor
Palacio del Principe de Viana
Cigüeñas disfrutando  de la torre del palacio del Principe de Viana

Es hora de la comida, y esta tarde queremos ir a Olite a ver uno de los castillos más bellos de España! Nos volvemos a Sos para refrescarnos un poco en el hotel y de paso comer. El calor aprieta y no tenemos mucha hambre, así que no nos llama el chuletón de "La cocina del principal", y además, no todos los comentarios de la Red son buenos. Por lo tanto, preferimos volver al Bar Landa dónde sabemos que podremos picar algo y a buen precio.
Nos instalamos en la terraza de madera, dónde por suerte se prohibe fumar y podremos disfrutar del paisaje y el airecillo que corre. Preguntamos por la ensalada de la casa, y la dueña nos explica que es según la imaginación de la cocinera. Pues adelante a por una grande que compartiremos, añade unas croquetas, y las rabas de calamar!
La ensalada es enorme y lleva de todo: olivas, crudités, frutos secos, caramelo, virutas de foie gras, pimiento, espárragos buenísimos, y hasta fruta escarchada, qué gracia.
Ensalada de la casa del Bar Landa
Pues la ensalada pasa de lujo! Las rabas y las croquetas muy buenas también, y ¿por qué no acabar con otro flan de requesón?
Parece que todos los comensales se sienten satisfechos, la verdad que se come muy bien, y cuando aprieta el calor, siempre apetece algo fresquito, ligero y para todos los gustos. Y también por qué no decirlo, a un precio inmejorable por una zona turística como ésta. Pero si preferís probar algo más de la región o algún menú degustación, La Cocina del Principal, a unos metros más, ofrece uno por 25€ por persona. Eso según gustos, apetito del momento, y bolsillo. También parece que el interior es de ambiente medieval. Pero bueno, a veces la prioridad es otra.
Menú degustación de La Cocina del Principal

Satisfechos con nuestra comida, retomamos nuestro camino para ir a Olite, pueblo de Navarra a unos 56km de Sos. La ruta se hace amena con tan bellos paisajes, y en menos de una hora, estamos ahí, a los pies de un palacio precioso digno de un cuento de princesas!

Palacio Real de Olite
Llegamos justo a tiempo para la hora de la visita guiada (4,90€/pers) y emprendemos el recorrido con la guía y dos jóvenes turistas más. Por dentro, las estancias están vacías, sin muebles, ya que es un palacio que fue completamente restaurado. Pero el conjunto es una preciosidad, conforma el Palacio Viejo, actual Parador Nacional de Olite que sólo se puede visitar siendo cliente del mismo, las ruinas de la Capilla de San Jorge, y el Palacio Nuevo, él que se visita.
El Palacio nuevo se construye a comienzos del s. XV, obras impulsadas por el rey de Navarra Carlos III el Noble y su esposa Doña Leonor de Trastámara. Y está formado por un conjunto de patios, estancias, fosos y jardines, rematados por numerosas y pintorescas torres a las que también se puede acceder. Y nosotros no dejamos rincón por descubrir! Ni deciros la de fotos que hicimos! No os lo perdáis porque seguro que os encatará incluso a los niños que cuando vean la casa de juegos que mandó construir el rey para sus hijos recreando un pequeño palacio, os pedirán el mismo en el jardín!
La tarde ha sido muy placentera, y por un momento nos sentimos dueños de este Palacio de ensueño.

Entrada al Palacio Real de Olite
Palacio Viejo, Parador Nacional de Olite

Jardín colgante del Palacio de Olite

Pequeño palacio de juegos de niños del Palacio de Olite




Capilla de San Jorge, y vista de la Plaza de Carlos III el Noble

Nos despertamos del sueño, y damos un paseo por los alrededores del Palacio.

Pozo de hielo del Palacio de Olite
Capilla de San Jorge
Palacio Viejo de Olite, Parador Nacional

Casa Consistorial de Olite
Plazo carlos III, Olite

Y siguiendo la ruta de regreso, vamos hasta el pequeño pueblo de Ujué, situado en la Zona Media,es uno de los principales lugares de culto navarro y espectacular mirador sobre la cordillera pirenaica y la planicie de la ribera.
Perdido en lo alto de una meseta, embriagado por una aparente soledad se alza Ujué, un bello pueblo medieval de estrechas calles que recorren pronunciadas cuestas para concluir, en lo alto, ante el Santuario-Fortaleza de Santa María de Ujué, monumento nacional y una de las manifestaciones más importantes de la arquitectura medieval en Navarra, y protagonista de una bella leyenda, arraigada en la tradición local, atribuye el origen de Ujué al milagro vivido por un pastor que se hallaba cuidando su rebaño, Cuando fue atraído por el vuelo de una paloma que repetidamente entraba y salía de un agujero, incitando al pastor a mirar en el, así pues el pastor trepó hasta el lugar y descubrió allí una imagen de Santa María. Atraídas por el hallazgo las gentes de los poblados vecinos decidieron asentarse en el lugar de la aparición para así cuidar y honrar a la virgen, dando lugar al nacimiento de Ujué.
Nos recibe majestuosa la Iglesia-fortaleza de Santa María. No hay nadie, y todo está abierto así que la visitamos gratis. Nos detenemos admirando el paisaje que se ofrece ante nosotros.

Fortaleza de Santa María de Ujué












Salimos del Santuario y damos un paseo breve por la calle más próxima, y nos detenemos para disfrutar de este balcón que nos deleita con una estampa colorida del Prepirenaico.


Ujué

Vista de la cuenca prepirenaica desde Ujué

De regreso a Sos del Rey Católico, nos detenemos un instante en lo alto de San Martín de unx, dónde tomamos una panorámica del lugar. Ya se hace tarde y las nubes negras avanzan rápido, mejor volver al hotel cuanto antes.
San Martín de Unx

Antes de ir a cenar, nos damos otra vuelta más por Sos. De noche es otra estampa, como si las paredes de piedra susurraran voces de antaño...

Rebaño de ovejas pasando delante de nuestra ventana, y el perro viene a saludarnos
Parque de Sos
Fábrica de chocolate de Sos
Nos recuerda a la famosa foto de Albarracín



Hora de cenar y para el Bar Landa vamos ya que el Restaurante Mayor25 sigue cerrado toda la semana. Aquí no importa San Juan, y ¡cómo se agradece ese remanso de paz!
Nos instalamos otra vez en la terraza dónde se está fresquito, ya que la temperatura por la noche baja bastante, y observamos el espectáculo natural de sombras y luces a lo lejos que anuncia la aproximación de una tormenta.
De cena: tostada de queso con anchoas, se trata de pan fino tostado, así que más bien es un tentempié, y repetimos los huevos rotos con jamón y foie esta vez casi imperceptible, lástima. El servicio es lento, otra vez está la dueña sóla sirviendo y en la cocina. Bueno no hay prisa, pero en época de máxima afluencia turística, espero que tenga algo de ayuda.
De postre, decidimos probar las tartas de chocolate y la de queso con arándanos, pero desde luego que como el flan de requesón nada, ya que son simples como el típico bizcocho industrial. Bueno teníamos poca hambre, así que la cena fue ligera como deseada.

La jornada ha sido larga y calurosa y el sueño asoma. El hotel sigue en silencio...

Tercer y útlimo día por Aragón. Una buena ducha para empezar el día, falta un soporte alto de pared y la mampara que impide que todo el agua se salga e inunde el baño se echa en falta también. Bueno no todo iba a ser perfecto, por lo menos, las toallas no parecen estropajos como en muchos hoteles.

Listos, la recepcionista está en su puesto, parece que sólo quedamos nosotros en el hotel. Pagamos nuestra estancia, y nos da las gracias. Sin más, dejamos el equipaje en el coche, y a por nuestro famoso y contundente desayuno!
Mismo ritual del día anterior, esta vez tenemos croissants y bizcocho con pepitas de chocolate, un pelín seco, nada irremediable con algo de mermelada. Y dos bocadillos de tortilla con bacon que pasan muy bien, y que no falten las tostadas!
Desayuno del Hotel Vinacua, Sos del rey Católico


Nos despedimos de Sos del Rey Católico, muy satisfechos con nuestra pequeña estancia en este lugar casi mágico por la historia bien conservada que reflejan sus piedras.

Dirección: Uncastillo, conjunto histórico-artístico, a 23km de Sos.
La carretera en mal estado pasa bastante rápido entre parques eólicos, sierra, campos de trigo dorado y montañas.
Visitamos Uncastillo por libre, con sus calles casi desiertas. El pueblo tiene media docena de iglesias románicas y restos de un castillo de época, la Torre del homenaje. Recorremos sus empinadas calles con ambiente medieval y nos detenemos ante alguna casa-palacio.

Iglesia de Santa María de Uncastillo

Uncastillo

Torre del Homenaje del castillo de Uncastillo
Vista de Uncastillo desde las ruinas del castillo

Iglesia de San Martín de Tours, Uncastillo
Iglesia de San Martín de Tours, Uncastillo


Casa consistorial, Uncastillo

De nuevo en la carretera para descubrir un paraje natural increíble en Luesia, a 810 metros de altitud. Como no está bien señalizado, (sólo hay una señal que indica un antiguo asentamiento del s.XI, el Corral del Calvo), nos pasamos la entrada al camino que lleva hasta el Pozo de Pígalo ubicado a unos 7km de Luesia. Vemos una pequeña panorámica del pueblo que parece haber caído en el olvido. Damos la vuelta para encontrar la entrada al camino de tierra y piedras que lleva a nuestra meta. La verdad que entre los agujeros de la carretera, restos de lluvias anteriores y piedras que evitar, la pista no es de lo más agradable, seguro que en 4x4 mucho mejor, pero lo que nos espera a la llegada valdrá sin lugar a dudas la pena.
No hay a penas indicaciones en el camino así que seguimos con paciencia y pasamos los pequeños puentes sobre el río Arba de Luesia, hasta que nos encontramos con una pequeña señal de madera para girar a la derecha dirección Pígalo. Aún queda un trocito, y ya estamos! Hay un primer parking, hay que decir que en ese lugar tan recóndito, hay un camping. Es sorprendente que se haya dado licencia para ello en un lugar que debería ser preservado al máximo del paso del hombre.
Preferimos seguir un poco más a ver si podemos aparcar más cerca del pozo, ya que unas nubes negras tremendas están invadiendo el cielo y no auguran nada bueno. Y ya llegamos al pie del camping dónde hay un parking muy grande, y hasta un autocar que parece mentira que haya podido llegar hasta ahí. Hay unos cuantos chicos jóvenes, de excursión de fin de curso probable.
Justo llegamos que se pone a llover muy fuerte y tenemos que esperar media hora a que amaine un poco, tampoco queremos haber llegado hasta ahí para no ver este rincón encantado protegido entre montañas y sierras. Nos cubrimos un poco y vamos con entusiasmo a descubrir lo que la naturaleza ofrece cuando el hombre sabe respetarla.
No hay lugar a decepción, es precioso! y pese al mal tiempo, la vista del agua limpia y pura da ganas de echarse un chapuzón en comunión con la naturaleza. Hay que decir que son unas piscinas naturales en las que está autorizado el baño, y nos alegra ver que todo está limpio y respetado como debe ser. Bueno quizás otra vez podamos deleitarnos en sus aguas. Ahora, nos impregnamos de ese bello recuerdo fotográfico...

Pozo del Pígalo, Luesia
Pozo del Pígalo







Y con la tristeza de que se acabe ya el tiempo de disfrute, emprendemos el viaje de regreso por la misma pista de tierra cruzando barrancos. Antes de dejar Luesia en el recuerdo, nos detenemos cerca de la Iglesia de San Salvador presidiendo desde lo alto de su montículo, para poder comer en algún sitio. Los comentarios en cuanto a los locales del pueblo no son alagadores, pero son cerca de las 15h, así que no tenemos mucha opción. Entramos en el Bar-restaurante el Canguro, local grande pero igual que el pueblo muy desierto! hay una sóla mesa ocupada. Sale la dueña y nos propone la mesa contigüa, y nos comenta el menú que consiste en dos entrandes y dos segundos a elegir: menestra de verdura o macarrones, y bacalao a la vizcaína o bistec. Elegimos los dos entrantes y el bacalao los dos. La cantidad de moscas volando y posándose se hace muy desagradable y no dan buena imagen al local que parece lo que ciertamente es. Los platos no son de lo más delicioso, y demasiado llenos. Los macarrones están algo pasados y la menestra con sabor a exceso de pimienta, pero se dejan comer. Y lo que es del bacalao, está muy duro pasado de coción, así que lo dejo casi todo. De postre, flan chino y helado de limón industrial. Con un café, todo por 22€, lo que resulta caro por la falta de calidad y la poca elección. Pero objetivo alcanzado: comer algo.

Antes de abandonar el local, los señores de al lado se interesan por nuestro lugar de residencia y se asombran de que turistas de todas partes vengan hasta ahí a conocer el sitio. Bueno hoy en día, Internet hace milagros, aunque no solventa las carencias de calidad hotelera ni infraestructurales.
No queremos demorar más nuestro regreso ya que nos gustaría poder visitar Ejea de los caballeros antes de que la lluvia nos alcance. Por desgracia, llegamos a Ejea desolados por el mal tiempo, pero a la vez contentos de haber podido disfrutar casi a lo máximo de nuestro circuito por las tierras de Aragón y Navarra.
Nos vamos dirección autopista de regreso a casa con cierta nostalgia y tristeza por reencontrarnos con la rutina y el ruido de las fiestas de la costa de las que huimos encantados. Pero con la certeza de que aún nos espera mucho por descubrir y pronto estaremos de vuelta por las carreteras de este bonito país que es España.

Hasta la próxima...