Ya he cumplido un año más! y por la ocasión, vamos a disfrutar de un bonito día de excursión por el interior de la provincia de Tarragona, dónde se encuentra la comarca de la Ribera d'Ebre. Y más concretamente, visitaremos el pueblo de
Miravet, en el que tuvo lugar la famosa Batalla del Ebro, situado en medio de un pequeño valle rodeado de increíbles paisajes, con su frondoso bosque de ribera, y las sierras de Cardó al fondo, y predominando sobre la cima de su colina, su imponente Castillo andalusí árabe reconvertido en fortaleza-monasterio por los templarios, tras su reconquista en 1153, y es el segundo castillo románico más importante en España después de Loarre.
Después de hora y media de camino, tomando la dirección de Mora d'Ebre, llegamos a
Miravet. Y nos encontramos con que es la fiesta del pueblo. Hay romería de caballos preciosos. Y decidimos aparcar en la cooperativa agrícola en la entrada del pueblo para evitar hacer cola con el coche detrás de los animales. En la misma entrada del pueblo, está ubicado el
Restaurant Pizzo, aunque sólo está la señal enorme de "Restaurante" que confunde un poco. Luego os hablaré de dicho establecimiento ya que lo elegimos para comer por los buenos comentarios de Tripadvisor.
Nos adentramos a pie por el pueblo de Miravet con los caballos pasando a nuestro lado, que a mi siempre me da mucho respeto. Y llegamos a
Lo Racó del Temple, la oficina de turismo. Pensando en que podríamos hacer visita guiada, resulta que por lo visto al ser día de fiesta, no se hacía, o había que concertarla. La verdad que viniendo de algo lejos sin saber lo que te vas a encontrar ni a la hora exacta que vas a llegar, no piensas en reservar antes. En fin, nos atiende un señor muy amable, nos da un mini plano, y nos dice que tenemos tiempo de visitar el castillo que cierra a la 13h30.
Nos encaminamos hacia el monumento, y tenemos que subir por un camino casi impracticable en la colina, empinado y lleno de piedras, para nada habilitado para favorecer el turismo. También se puede acceder en coche por ruta asfaltada, pero como habíamos aparcado a la entrada del pueblo por el tema del desfile de caballos, no íbamos ahora a dar la vuelta.
Pues allá vamos, con poca destreza y echando de menos a los burros de las islas griegas que para estos caminos, son campeones! El sol aprieta hoy, y llegamos un poco acalorados después de 10 minutos largos de subida, pero sin accidente alguno.
Dos entradas al castillo nos cuestan
7€. Y recorremos los vestigios del castillo con las explicaciones del folleto y nuestra facultad imaginativa para recrear mentalmente cada dependencia en la época.
Nos adentramos en la torre que conduce a la azotea, pero es toda una odisea llegar hasta arriba por la escalera de caracol tan pronunciada y estrecha, que da algo de "yuyu".
En realidad, lo más bonito de este castillo es la vista panorámica que se puede observar desde ahí, es impresionante! El meandro del Tamarigar, el bosque de ribera, los campos de frutales, un enclave precioso! Ahora entendemos lo que le da ese encanto especial que hace de Miravet uno de los pueblos más bonitos de España por su conjunto paisajístico.
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Vista del pueblo de Miravet desde su castillo |
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Castillo de Miravet |
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Castillo de Miravet |
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Vista del río Ebro desde el castillo de Miravet |
El pueblo en sí no es tan espectacular, queda algún vestigio de la época, y la Iglesia Vieja renacentista de la orden del Hospital construida sobre la antigua mezquita árabe, sólo visitable con visita guiada concertada, otra vez más, una pena no haber podido admirar sus pinturas murales y demás obras; y alguna calle algo pintoresca no siempre merecedora de recuerdo fotográfico por alguna casa abandonada mal mantenida, como habitual desde la crisis, por lo difícil que resulta mantener negocios abiertos en pueblos alejados con escasa propaganda. Así que se da la vuelta al pueblo muy rápido.
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Calle de Miravet |
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Lateral de la Iglesia Vieja de Miravet |
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Vista desde la plaza de la Iglesia de Miravet |
Y como ya es hora de comer, nos dirigimos al
Restaurante Pizzo en la entrada, porque sólo hay dos bares pequeños en la plaza dónde en ese momento parecen estar todos los habitantes del lugar tomando vermut o comiendo en la terraza a orillas del río. Y la otra opción es el Restaurante el Molí de Xim, y nos decantamos más por calidad precio, antes que por ubicación y decoración.
Hay algún coche y autocar en el parking del restaurante, y esperamos que a pesar de parecer el típico local de turistas, su fama haga honor a la verdad. Subimos a la planta dónde se encuentra el restaurante, y tanto la terraza como el primer comedor están completos, pero hay otra sala muy grande dónde hay algunas mesas ocupadas.
Nos ofrecen una mesa tranquila y nos atienden con mucha amabilidad, y no tardan en tomarnos nota de los platos elegidos del menú que podéis consultar en su web:
www.restaurantpizzo.com.
Hay tres platos a elegir más el postre. Para mi, será zumo de tomate, mejillones al vapor, y platija frita con champiñones y patatas con una salsa de perejil y ajo. Mi marido elige crema de verdura casera (caliente), ensalada de langostinos, y gambas a la plancha. Un menú casero buenísimo! Platos sencillos pero elaborados con cariño. De postre, como no queda tarta de manzana, elegimos sandwich de helado de turrón, rico y digestivo.
Todo estaba como esperado y mucho mejor que en un local turístico convencional. El servicio impecable, y muy buena atención por parte de la dueña y de sus hijos, ya que es un establecimiento familiar. Les deseamos que sigan así de bien, y con estos precios insuperables:
12,50€ (sin bebidas) el menú incluso fines de semana y festivos, lo poco visto comiendo tan bien, sin sentirnos empachados sino listos para seguir con nuestra jornada turística y una sonrisa dibujada por la satisfacción de una buena comida.
Si debo buscar un defecto, como por lo habitual en muchos pueblos pequeños, y paradójico ya que suelen sobrevivir gracias al turismo, encuentro que es una pena que no haya un buen marketing para promover el turismo o incluso de los propios locales que deberían invertir en algo más de publicidad, como mejorar el cartel de la entrada, que por mucho que sea bien grande, no se sabe qué restaurante es ya que no indica el nombre ni el menú a pie de carretera, y quizás muchos turistas no quieran adentrarse hasta el local situado al fondo del callejón, en la planta de arriba del casal del pueblo.
Con una buena pancarta y una pizarra, sin incurrir en demasiados gastos, creo que podrían atraer a más clientes aún. Y actualizar un poco la decoración con una mano de pintura y algún que otro pequeño detalle en las mesas, como una vela o una flor, le daría un aspecto más moderno y de paso le haría más competencia al otro restaurante del pueblo que por su ubicación en el centro, a pesar de sus precios muy elevados, seguramente atrae en mayor medida a los turistas.
Antes de dirigirnos al "
pas de la barca", nos detenemos en el pequeño embarcadero justo al principio de la carretera de la barca, para tomar fotos de la vista pintoresca del lugar.
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Vista de Miravet desde el embarcadero |
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Vista de Miravet desde el puente del embarcadero |
Nos llevamos este bonito recuerdo, y como tenemos que cruzar el río para nuestra próxima visita a
las cuevas de Benifallet, vamos hasta el
pas de la barca, al final de la carretera, para coger el último transbordador original de todo el Ebro que aún funciona sin motor, cruzando el río mediante cables suspendidos tan sólo con la corriente del agua y la maestría del barquero.
Es muy curioso ver como una especie de balsa-ferry puede soportar el peso de dos coches.
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Pas de la barca de Miravet |
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Pas de la barca de Miravet |
Esperamos a que la barca regrese y vivimos la experiencia (
3€ / coche), observamos un precioso pato en la orilla acicalándose las plumas. Y disfrutando de la mini travesía tomamos las fotos del momento, ya que en pocos minutos ya estamos en la otra orilla.
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Barca de Miravet |
Nos detenemos en un lateral de la carretera para plasmar la última estampa del pueblo y su castillo en la distancia.
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Vista del castillo de Miravet desde la orilla sur del Pas de la barca |
Llegamos a
Benifallet y seguimos la señal de las Coves a 5km. Nos adentramos en el parque natural hasta llegar al parking de las cuevas, y nos dirigimos a la caseta-bar dónde nos atienden. Preguntamos por el pax cuevas + laúd (embarcación para un recorrido de unos 45 min sobre el río Ebro). Por desgracia, a pesar de ser aún pronto, nos dicen que si visitamos las cuevas antes, no nos dará tiempo hacer la travesía. Y de todas formas, si no hay bastante gente, no se emprende el crucero, y lo mejor es concertar cita, otra vez. Deberían comprender que al no ser de esta zona, no podemos concertar visitas. Es una pena que las actividades turísticas estén tan restringidas en su uso y poco anunciadas, ya que no vimos ningún cartel en toda la carretera que publicitará el crucero ni el embarcadero, Igual por eso no hay tantos turistas para embarcar?!
Empezamos nuestra visita (
7€/pers.) por la
Cueva del Dos y luego entramos en la
Cueva Maravilles, sólo éstas dos están abiertas al público y no en su totalidad. Pero merece la pena la visita, la belleza de la naturaleza siempre es digna de admirar, y el espectáculo siempre nos queda en la retina. Bueno cuando ya se ha tenido la oportunidad de ver algo tan impresionante como Le Gouffre de Padirac, en Francia, está claro que no podemos comparar los demás sitios, cada uno tiene su propia belleza. La lástima es no poder hacer fotos aún sin flash, por voluntad del alcade, que hay que vender postales!
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Cueva Maravillas |
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Cove Meravelles |
Nuestro pequeño recorrido turístico acabado, dejamos el pueblo de Benifallet y el laúd quizás para otra ocasión, aunque dada su situación un poco remota y carente de otro atractivo turístico por la zona que nos quedase por descubrir, no sé si volveremos por aquí. Una lástima para los turistas que deseamos disfrutar de todas las atracciones del lugar, y una pérdida de dinero evidente para los habitantes. Creo que aún queda mucho por aprender.
De camino de regreso, vemos al borde de la carretera una señal de "poblado ibérico". Decidimos aventurarnos y seguimos un camino de tierra hasta llegar a un local, ¡vacío! y ninguna información más. Abandonamos la furtiva excursión decepcionados una vez más por la falta de información turística y carencia de mantenimiento de lugares históricos.
El día ha sido bonito y aún tenemos tiempo para darnos un homenaje con motivo de mi cumpleaños: un pequeño paseo por
Cambrils y un buen gofre con chocolate acompañado de un smoothie en la cafetería
Il Capriccio pone la guinda a este día tan especial!
Espero que os animéis a hacer esta excursión por estos bonitos parajes y que viváis vuestra propia experiencia. No hay nada cómo descubrir lugares y sentir que uno ha vivido, aunque sea por un día.