Y tras el mismo desayuno buffet del día anterior en el hotel Mas de Cebrián, con el ambiente frío y tenso propio del lugar, decidimos echar un vistazo a las terrazas exteriores, al que se accede, al lado de la barra, por el rincón de lectura. Comprobamos que el mantenimiento exterior es igual de deficiente que la limpieza interior: una cosa son plantas silvestres, y otra, plantas muertas en todas las macetas de las terrazas, que esperamos que en verano, por lo menos, se cuiden algo más, ya que parece que la terrazas son de ambiente chill-out y hay barbacoas. Y en la entrada al aparcamiento, al salir, pudimos ver basura esparcida entre los matorrales. La verdad que el invierno no hace que un mínimo de limpieza y mantenimiento no se puedan realizar.
Dejamos nuestra habitación para dirigirnos a la recepción y hacer el check-out. Después de la experiencia vivida durante los dos días de alojamiento, no esperamos más entusiasmo por parte del personal. Y en la línea habitual, sin ningún interés en absoluto por nuestra opinión sobre nuestra estancia, sólo con un "ya os vaís" en tono indiferente, nos despachan rápido con la entrega de la factura, explicándonos el sobrecargo por los dos cafés tomados en las cenas, no fuera que los regalasen a cambio de la limpieza no realizada.
En resumen, el hotel Mas de Cebrián podría ser el paraíso, como anuncian en su folleto, pero dista mucho de serlo. Habíamos reservado con tres meses de antelación, y habíamos pedido una habitación silenciosa, y no fue así. Pues lo de "paraíso" desapareció en la primera noche desde la atención en el recibimiento como en la salida que fueron muy fríos, ya que ni en hoteles de grandes cadenas se atiende de esta forma. Y lo normal en este tipo de alojamientos rurales de unas doce habitaciones, es que te atiendan de forma personalizada y amigable, es lo que hace que quieras volver, por el trato recibido. La información que te dan para hacer en los alrededores también es muy escasa, se entrega un folleto sin más explicaciones, ni preguntando si ya se conoce la zona.
Cuando leímos otros comentarios en Booking antes de reservar, nos preguntamos si fuimos al mismo establecimiento, porque en nada se parece el trato que recibimos nosotros, y menos aún el conjunto a un paraíso. Aunque también hemos visto en los comentarios de años anteriores que otros huéspedes comparten nuestra experiencia, así como comensales en TripAdvisor.
Desde luego no es pasión ni esmero en agradar a los huéspedes lo que define este hotel. Y es muy penoso porque bien se sabe que la hostelería es muy sacrificada, y cualquier enamorado de su profesión debería aportar todo su empeño en hacer que este lugar fuera mágico, o como pretenden que fuera un paraíso. Si no les gusta su trabajo, igual deberían dedicarse a otra cosa y dejar sitio a otros más entregados y profesionales.
En todo caso, creo que los propietarios, que han hecho el esfuerzo de invertir en este negocio, además de haber recibido subvenciones para la rehabilitación del edificio, con la buena intención de atraer al turismo por una de las zonas más despobladas de España, podrían preocuparse más por la gestión de su negocio que deja mucho que desear en manos de gerentes sin ninguna motivación por desempeñar su papel de la mejor forma.
En todo caso, creo que los propietarios, que han hecho el esfuerzo de invertir en este negocio, además de haber recibido subvenciones para la rehabilitación del edificio, con la buena intención de atraer al turismo por una de las zonas más despobladas de España, podrían preocuparse más por la gestión de su negocio que deja mucho que desear en manos de gerentes sin ninguna motivación por desempeñar su papel de la mejor forma.
Una pena en un enclave privilegiado que no se disponga del mejor personal, porque sin sonrisa ni simpatía, ni atención alguna hacia el cliente, los demás fallos, que resultarían detalles, toman importancia, y en conjunto el hotel resulta decepcionante.
Pero por suerte, en Mosqueruela así como en las proximidades, hay alternativas mucho mejores, y con un trato humano muy destacable y fiel a la zona. Igual deberían tomar ejemplo, porque hoy en día los turistas no estamos sólo de paso, sino que recomendamos a muchos conocidos y clientes potenciales. Y las criticas con argumentos pueden llevar tanto al éxito de un local como a su ruina. Bajo la experiencia vivida, y por lo tanto, mi punto de vista, no volvería al hotel Mas de Cebrián, y no lo recomendaría.
Pero por suerte, en Mosqueruela así como en las proximidades, hay alternativas mucho mejores, y con un trato humano muy destacable y fiel a la zona. Igual deberían tomar ejemplo, porque hoy en día los turistas no estamos sólo de paso, sino que recomendamos a muchos conocidos y clientes potenciales. Y las criticas con argumentos pueden llevar tanto al éxito de un local como a su ruina. Bajo la experiencia vivida, y por lo tanto, mi punto de vista, no volvería al hotel Mas de Cebrián, y no lo recomendaría.
Nuestro último día de turismo por Gudár-Javalambre acaba de empezar, y nos dirigimos al Merendero de las Truchas de Mosqueruela. Avisaros que con la carretera que está en obras, ya que la ruta hacia Mosqueruela está en un estado pésimo, llena de parches, parece que hay algunos cambios de entrada a los senderos, y se les ha olvidado señalar de forma correcta dicho merendero. Así que al salir del pueblo en dirección a Cantavieja, procurad ir despacio llegando a la Ermita de San Lamberto justo a la salida del pueblo. Tenéis que coger una pequeña y antigua ruta que llevaría a la Iglesuela del Cid. Y siguiendo la pista con tramos de tierra, yendo con cuidado porque la recorren ciclistas y senderistas, llegaréis al merendero tras un camino de unos 6,5 km que no se hace pesado, ya que podéis disfrutar de la vegetación y de los muros de piedra seca propios de la zona. También pasaréis delante de un bonito abrevadero de madera tallada acabado con forma de cabeza de caballo o burro.
Abrevadero camino del merendero de las truchas, Mosqueruela |
Embalse del merendero de las truchas, Mosqueruela |
Embalse del merendero de las truchas, Mosqueruela |
Camino en el merendero de las truchas, Mosqueruela |
Placa en homenaje a guarda forestal, el merendero de las truchas, Mosqueruela |
Merendero de las truchas, Mosqueruela |
Merendero de las truchas, Mosqueruela |
Bosque del merendero de las truchas, Mosqueruela |
Bosque del merendero de las truchas, Mosqueruela |
Volvemos sobre nuestros pasos hasta regresar en coche a la Ermita de San Lamberto, para admirar el monumento por fuera, ya que está cerrado.
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Ermita de San Lamberto, Mosqueruela |
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Ermita de San Lamberto, Mosqueruela |
Ermita de San Lamberto, Mosqueruela |
Ermita de San Lamberto, Mosqueruela |
Vista de Mosqueruela desde la Ermita de San Lamberto |
Y ya es hora de comer, por segundo vez, en La Posada de Mosqueruela, dónde nos atienden de forma calurosa, y contentos de que repitamos en su establecimiento en un mismo fin de semana. Es que la comida y la acogida, incluso por parte del personal nuevo, bien se lo merecen. Se nota el amor por su trabajo y la calidad humana de su gente.
Volvemos a elegir el menú que va variando, por 21€, es muy completo y delicioso (ver primera entrada de "Fin de Semana Santa en Mosqueruela"). A pesar de estar el comedor al completo, el servicio sigue igual de bueno.
Cerveza Alhambra Reserva, bien fría, La Posada de Mosqueruela |
Alcachofas, La Posada de Mosqueruela |
Corvina, La Posada de Mosqueruela |
Y nos despedimos de este maravilloso establecimiento con la promesa de volver a deleitarnos con su gastronomía, y también alojarnos en una de sus preciosas habitaciones, con la seguridad de una atención recibida superior.
La visita a Mosqueruela ha acabado, y emprendemos ruta hacia Vilafranca del Cid, a unos 35 minutos, dónde hemos reservado la Casa Rural La Caseta de L'Hort para nuestra última noche de fin de Semana Santa.
La casa rural no está indicada, y es muy fácil perderse por las calles de difícil acceso de este pueblo, por lo que os recomiendo seguir la señal que indica "Pla de Mosorro", y no tendréis pérdida. Llegados abajo del barranco, seguid unos metros más por la pista y justo a la izquierda, hay un camino de piedras (no hay indicación de la casa), se trata del cauce del río, el cual no suele aparecer, salvo unas pocas veces al año cuando llueve fuerte. Pasaréis unos huertos de cada lado, y la casa se encuentra a mano izquierda. Si tenéis dificultad para encontrarla, llamad al dueño, Raúl, como hicimos nosotros, y os irá indicando el camino por teléfono.
Podéis dejar el coche justo delante de la puerta de la casa. Raúl y su madre nos reciben de forma jovial y amigable. Nos enseñan toda la casa y su funcionamiento con mucha confianza, preocupándose en todo momento por el bienestar del huésped.
Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
La casa está muy bien acondicionada para una estancia placentera, es muy luminosa, y con unas vistas preciosas, y un jardincito rústico muy bonito que va tomando
forma.
Vista desde la Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
Jardín de la Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
La terraza aún está por acabar, y hay proyecto de hacer un jardín japonés, ojalá se pueda realizar, porque quedará precioso.
Vista desde la Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
Vista desde la casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
La limpieza es muy correcta, y hay buenos
electrodomésticos. La casa es cálida con suelo radiante, además de poder encender la chimenea con la leña
que nos deja Raúl.
Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
También aceptan mascotas, por lo que es posible que os encontréis algún pelillo por ahí, que por mucho que se limpie, siempre se queda algo en el ambiente, así que para alérgicos, no es apto tampoco.
Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
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Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
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Casa rural La Caseta de L'Hort, Vilafranca del Cid |
Hora de cenar, y nos vamos al Restaurante elegido "L'Escudella" (C/ Portell, nº4. T. 685 856 386), con la suerte de que abre el domingo por la noche. El local está ubicado cerca de la salida del pueblo, y con mucho sitio para aparcar, justo enfrente tiene parking y gratis. El exterior no deja entrever que en su interior se esconde un tesoro para los amantes de la gastronomía y el buen hacer.
La sala, sin ser muy grande, es espaciosa y decorada con gusto. Nuestra mesa es muy íntima, y nos sentimos cómodos, aparte de que es una noche muy tranquila por ser domingo sin duda, porque suelen tener completo y amplían los horarios para fechas señaladas como Semana Santa.
Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Nos atiende Bruno en la sala, con un trato cercano, y en los fogones, su marido, Emilio. Su carta se presenta con platos fabulosos, creados con mucha pasión y originalidad, con una combinación de sabores sorprendentes.
Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Cuando viajamos bastante y conocemos tantos restaurantes, es un enorme placer poder descubrir algo totalmente nuevo y tan afín a nuestro gusto por la aventura gastronómica.
Los productos son de proximidad y de la mejor calidad, y elegimos los platos que más nos llaman la atención, pero no dejamos de probar también las sugerencias de Bruno, como los "Napoleones", croquetas con forma de sombrero de Napoleón. De mientras esperamos para la degustación, Bruno nos trae unas olivas muy buenas de aperitivo.
Los productos son de proximidad y de la mejor calidad, y elegimos los platos que más nos llaman la atención, pero no dejamos de probar también las sugerencias de Bruno, como los "Napoleones", croquetas con forma de sombrero de Napoleón. De mientras esperamos para la degustación, Bruno nos trae unas olivas muy buenas de aperitivo.
Los Napoleones, si os gustan la croquetas de Morella, os diré que éstas son muy superiores en sabor y textura, con un crujiente delicado, y suavidad en su interior pero a la vez con fundamento, como diría uno.
Cada bocado es un placer para los sentidos, el carpaccio con foie resulta maravilloso! Y eso que hemos probado carpaccios, pero éste con una combinación de ingredientes fabulosos lo convierten en una obra de arte!Carpaccio con foie, Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Luego nos sorprende con gracia el crujiente de bolo en forma de puro relleno de morcilla, y ahumado con especias, como la canela, en el cual destaca el carácter de una fantasía gastronómica ligado a un esmero en su elaboración.
Crujiente de bolo, Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Llegan los segundos: un solomillo de ternera en su punto ¡impresionante! y ¡qué decir del magret de pato, pura delicia en boca! Y como veréis en las fotos, las cantidades son muy generosas, tanto que no pude terminar el magret, pero por supuesto que no lo iba a dejar, así que Bruno fue muy amable de preparármelo para llevar. Y todo acompañado de un buen vino Somontano blanco fresco.
Solomillo, Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Magret de pato, Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
Y de postre, estamos bien llenos, pero no podemos irnos sin probar, en todo caso, otra fantástica obra de arte como el helado de higos con naranja. Un plato lleno de matices, incluso sensaciones, porque una cucharadita de helado era como si te comieras la fruta original. Y la combinación de ingredientes utilizados y los colores del plato hacen de este postre algo incomparable.
Helado de higo con naranja, Restaurante L'Escudella, Vilafranca del Cid |
No se trata de añadir simplemente un ingrediente con otro, sino de crear una obra maestra con ingredientes frescos, sin alterar en nada su gusto sino al contrario resaltar cada sabor de forma magistral. ¡Cómo dista del típico brownie o coulant que encontramos por todas partes! Y hay tantas combinaciones posibles e ideas como imaginación para realizar un postre digno de la máxima excelencia gastronómica. Y todo por un precio muy justo por todo lo que se nos ofreció, unos 76€ los dos.
Y para coronar esta magnífica velada, el chef vino a saludarnos, y mantuvimos una charla muy amena con la pareja, que si no le ponemos fin porque ya se hace tarde, ¡nos quedamos hasta la mañana siguiente!
La verdad que el servicio y el trato fueron inigualables nos sentimos entre amigos. Y esta calidad humana es lo que buscamos la gente enamorada del turismo, de la gastronomía, y de la vida. Como pusimos en TripAdvisor, la mejor manera de resumirlo era poniendo de título: "me hizo muy feliz!".
Podéis estar seguros de que vais a seguir teniendo mucho éxito, porque os lo merecéis sin duda. Y estamos ansiosos por volver por la zona, sólo por volver a disfrutar de vuestro arte y pasión por vuestro trabajo que refleja vuestro carácter y buen corazón.
¡Ah! y para los que sois de la zona o simplemente os queréis acercar sólo para probar una experiencia de lo más original, se hacen cenas teatrealizadas sobre temas literarios, de libros distintos, tantos los clásicos como otros best sellers o libros de cabecera, del tipo "Como agua para chocolate". Una apuesta original unida al talento de los anfitriones, ¡no hay que perdérselo! Ojalá viviéramos más cerca, pero quién sabe si algún día podamos asistir a una de ellas...
La 1h30 de la madrugada y con la satisfacción plena de haber pasado una velada increíble, nos reunimos con nuestra cama de la Caseta de l'Hort, muy cómoda por cierto. La verdad que ha sigo una gozada poder alojarnos en esta casa rural. Es ideal para desconectar, y el haber podido dormir en silencio la convierte en un remanso de paz, justo lo que buscábamos para acabar este gran fin de Semana. Esperamos volver pronto
para poder disfrutar más de la casa, de su paz, de sus increíbles vistas, de los
bonitos paseos por lo alrededores, y de la buena gastronomía de la zona.
Y aquí se acaba nuestro fin de Semana Santa en Gúdar-Javalambre y el Maestrazgo. Nos encanta esta zona, y no dudaremos en volver siempre.