Después de un buen desayuno casero para tomar fuerzas, empezamos las visitas del día con el
Monasterio de Santa María de Veruela, a 4km de Añón del Moncayo. Hoy el tiempo está muy raro, 10 grados menos que la víspera, con mucho viento y muy nublado. Algo de frescor no vendrá mal para pasar el día de excursiones.
El Monasterio de Veruela "impacta especialmente por su belleza. Además, puede presumir de haber sido uno de los más importantes de la orden del Císter en España, y primera fundación de la Orden en el Reino de Aragón hacia el año 1145, también posee un grado de conservación muy bueno."
Con la entrada muy barata de 1,80€, tendréis acceso al museo del vino en el mismo recinto, muy interesante. También hay toda una sala dedicada al poeta Gustavo Adolfo Bécquer para quienes les pueda interesar.
Si puedo lamentar algo en este bello monumento, es la obra del parking subterráneo en el recinto, aunque sea para acoger a los numerosos visitantes que puedan venir en determinados momentos, ya que en éste precisamente, no había casi nadie, no creo que fuera el mejor lugar para ello y menos destinar tanto dinero que podría servir para el mantenimiento de las murallas, por ejemplo. Dicho de paso, una pena no poder admirarlas de más cerca por culpa de las misma obras.
Tampoco se entiende que en horario de visita, estén las limpiadoras por el monasterio y claustro, sin que los visitantes puedan tomar fotos del mismo por las escobas dejadas en medio. Eso sí, las fotos se pueden tomar pero sin flash para respetar las obras. Y no se puede gravar, como en otros muchos sitios, por exclusividad y ventas de recuerdos evidentemente.
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
 |
Monasterio de Santa María de Veruela, Vera de Moncayo |
La visita os tomará a penas una hora, podéis realizarla con guía según la hora, o sólos con el folleto explicativo.
Dejamos el Monasterio, y nos dirigimos a Tarazona, a un cuarto de hora. Y aprovechamos la hora de comer pronta para ir al restaurante elegido, el Saboya 21 (C/Marrodán, 34). El comedor está muy tranquilo, la decoración moderna y algo lujosa, con servicio acorde. Es un restaurante de categoría que dispone de carta, o menú de día festivo por ser sábado a 21,50€ + iva, vino incluido.
Elegimos el menú, y de primero, las pochas de Tarazona con orejas y el arroz caldoso, y de segundo, cogote de merluza y bacalao gratinado. Y de postre, sorbete de limón con naranja crujiente, y flan de tomillo.
 |
Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Pochas de Tarazona, Restaurante Saboya 21, Tarazona |
 |
Arroz caldoso, Restaurante Saboya 21, Tarazona |
En mi opinión, los productos eran de calidad, pero a la elaboración de platos, le faltaban algo de carácter y presentación por un sitio así. La cantidad muy razonable, eso sí. Pero no puedo dar una opinión más concreta de los demás platos de la carta, y puedo entender por los precios que vimos, que muchos comensales dejen comentarios negativos en Trip. Creo que le falta el toque especial que hace que un restaurante sea excepcional y no duela pagar por disfrutar de sus platos, y nos de ganas de volver siempre.
En otra ocasión, creo que nos decantaremos por quedarnos en el local de abajo, el mismo por el que se entra al Saboya 21, pero que ofrecen aperitivos, tapas, bocadillos, comida informal que por la cantidad de gente que había, parece que es muy apreciado.
Y con el estómago satisfecho, nos vamos de turismo por esta ciudad monumental de Tarazona. "Su conjunto urbano es uno de los más bellos y originales de Aragón". Paseamos por su casco antiguo admirando las casas colgadas, su barrio judío, sus iglesias.
 |
Casco antiguo de Tarazona |
 |
Casas Colgadas, tarazona |
 |
Tarazona |
Luego bajamos cruzando el paso del Río Queiles, hacia la Plaza de Toros Vieja, original por las viviendas que ahí se situan.
 |
Plaza de Toros Vieja, Tarazona |
 |
Plaza de Toros Vieja, Tarazona |
Y seguimos nuestro recorrido turístico admirando los exteriores de la Catedral, esperando la hora de apertura a las 16h, sigue el ex-convento de San Francisco, con sus cigüeñas en lo alto. Y acabamos viendo el ayuntamiento y la estatua en honor al Cipotegato.
 |
Ex Convento de San Francisco, Tarazona |
 |
Ex Convento de San Francisco, Tarazona |
 |
Cigüeña, Tarazona |
 |
Ayuntamiento deTarazona |
Ya podemos regresar a la Catedral para visitarla por 4€ la entrada. No está permitido hacer fotos, bueno pero una o dos sin flash pueden caer. En el claustro, han habilitado un centro de interpretación con la historia y obras de renovación del monumento, muy logradas.
 |
Catedral de Tarazona |
 |
Catedral de Tarazona |
 |
Catedral de Tarazona |
 |
Catedral de Tarazona |
Decidimos terminar nuestra visita a Tarazona por el Palacio Episcopal, la entrada consite en una donación voluntaria sin suma precisa impuesta, debido al mal estado del monumento y por lo tanto no se pueden visita todas las estancias del mismo. Dentro de poco, lo restaurarán, y vale la pena contribuir con una pequeña aportación. En el interior no se puede hacer fotos, pero las vistas son muy bonitos.
 |
Palacio Episcopal, Tarazona |
 |
Palacio Episcopal, Tarazona |
 |
Vista desde el Palacio Episcopal, Tarazona |
Tarazona es una pequeña ciudad preciosa, digna de ser visitada.
De regreso hacia el parque natural del Moncayo, pasamos por
Los Fayos, una pequeña población en un paraje curioso, al pie de unas rocas que esconden cuevas en su interior (visitables con guía).
 |
Los Fayos |
 |
Los Fayos |
 |
Los Fayos |
Y la última excursión nos lleva a
Vozmediano, perteneciente a la provincia de Soria, para ver el
Nacimiento del Río Queiles, en pleno Moncayo, que como dice el dicho del lugar: "Moncayo traidor que haces pobre a Castilla y rico a Aragón". Porque obviamente, sus aguas benefician a Aragón y no a Castilla.
No es de los más impresionantes que haya visto, pero merece la pena recorrer el pequeño camino de unos 600m hasta la fuente que brota desde debajo de la montaña.
"Este manantial es el segundo de Europa con mas flujo de agua con mas de 1500 litros de agua por segundo por termino medio, y el caudal varía según la época del año. Mana constantemente de una manera espectacular, explosiva, ruidosa, a borbotones a través de una cueva. Por todo ello el entorno es de un paisaje maravilloso, con un camino que sale desde el centro del caserío y desde el cual se ve el castillo.
Este río tiene muchas leyendas, también depende de la riqueza hidrográfica del Moncayo, por eso a veces desaparece y vuelve a aparecer.
El agua del nacedero baja por una pendiente natural muy pronunciada, en tiempos pasados este agua hacía moverse dos molinos harineros y cuatro centrales eléctricas, actualmente dos de ellas siguen funcionando.
No sólo el nacedero es espectacular, si no todo su entorno, así como el camino que, desde el centro del caserío, accede hasta él.
Se ubica al pie del Moncayo, divisando desde él el castillo en la cumbre y viendo como el agua baja saltarina por camino de moras, dando lugar en su recorrido a una piscifactoría."(Ref. Ayuntamiento de Vozmediano).
 |
Curso del Río Queiles en su lugar de nacimiento,
Vozmediano, Soria |
 |
Restos del castillo de Vozmediano, Soria |
 |
Río Queiles, Vozmediano, Soria |
 |
Curso del Río Queiles en su lugar de nacimiento,
Vozmediano, Soria |
 |
Nacimiento del Río Queiles, Vozmediano, Soria |
Y después de este agradable paseo, aunque con temperatura muy fresca para la época, nos detenemos a charlar un buen rato con dos amables señoras lugareñas. Como siempre, la amabilidad y el calor de la gente de Aragón y alrededores es de lo más entrañable.
Os dejo una foto de Vozmediano de Internet con el Moncayo nevado de fondo, ¡dan ganas de volver!
 |
Castillo de Vozmediano, en el Moncayo |
Y para acabar estupendo día, vamos a cenar al
Hotel El Comendador de Añón, a escasos 2km de nuestro alojamiento en Alcalá de Moncayo.
Los menús a la brasa propuestos sólo son válidos a partir de 4 comensales, decidimos elegir a la carta, aunque la carta de bocadillos y tapas es muy atractiva por las propuestas, y por los platos que van saliendo, todo es muy apetecible, como sus hamburguesas Gourmet. También hay menú exclusivo para los clientes del hotel a precio reducido.
El restaurante está muy tranquilo a esta hora temprana, se ven senderistas regresando del Moncayo.
La estancia es amplia, cálida y con una bonita vista, aunque el tiempo no deje disfrutar de la zona Chill Out alrededor de la piscina.
El servicio es rápido, y los platos muy buenos, y llenos. A pesar de una despedida de solteros que acapara dos mesas grandes, el servicio no se resiente, y podemos seguir disfrutando de la velada y de una cena muy completa con postre compartido por unos 60€.
 |
Ensalada templada con rulo de cabra, Hotel El Comendador de Añón |
 |
Timbal de foie gras con queso de cabra,
manzana caramelizada y mermelada,
Hotel El Comendador de Añón |
 |
Solomillo ibérico con salsa de setas, Hotel El Comendador de Añón |
 |
Chipirones, Hotel El Comendador de Añón |
Al irnos, como habitual por la zona con personas tan cercanas, disfrutamos de una agradable conversación con Ana, la dueña del hotel, compartiendo impresiones y sentimientos acerca de los clientes que saben valorar la labor de los hoteleros, y autónomos en general, y los que critican sin argumento alguno, sólo por dañar o por motivo que muchos no llegaremos nunca a comprender.
En fin, como se dice, hace falta de todo para hacer un mundo.
Seguid así dueños del Hotel El Comendador, porque encontrar un hotel con un servicio tan bueno en un paraje precioso, es sin duda para volver una y otra vez, y contárselo a todos. Ni caso a los criticones, que los viajeros auténticos sabemos reconocer y apreciar el duro trabajo y el cariño invertido. ¡Y desde luego que volveremos!