Nuestro último día de fin de semana por la parte oriental de
Huesca, otra vez nos espera ese maravilloso desayuno del
Hotel Boutique Bodegas de Arnés.
Y despidiéndonos de los anfitriones después de una buena charla y con la promesa de volver y de transmitir nuestros buenos comentarios a nuestros conocidos para que vengan a disfrutar del lugar también, emprendemos nuestro recorrido de hoy hacia
Roda de Isábena, el pueblo más pequeño con sede catedralicia, dónde tenemos reservada una mesa en el refectorio de su Catedral.
Pero antes, nos detenemos un rato en
Capellana para admirar su puente medieval. Se encuentra al borde de la carretera y hay un gran parking para poder aparcar tranquilamente, aunque algunos con poco criterio, por decirlo de alguna manera, prefieren aparcar justo debajo del puente para tener sombra. Por lo que tomar una buena foto del lugar no resulta de lo más fácil.
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Puente medieval de Capellana |
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Puente medieval de Capellana |
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Vista desde el puente medieval de Capellana |
Seguimos nuestra ruta disfrutando de una paisaje increible, y llegamos a
Roda de Isábena. Dejamos el coche en el parking justo a la entrada ya que se trata de un pequeño pueblo peatonal.
Las vistas desde aquí arriba son inmejorables...
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Vistas desde Roda de Isábena |
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Entrada a Roda de Isábena |
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Vistas desde Roda de Isábena |
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Roda de Isábena |
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Roda de Isábena |
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Entrada a Claustro y refectorio de la Catedral de Roda de Isábena |
Entramos en el Claustro de la Catedral para acceder a la
Hospedería de la Catedral, y el refectorio que sirve de comedor es imponente por la historia que encierran sus paredes.
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Refectorio, comedor Hospedería de la Catedral |
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Hospedería de la Catedral, Roda de Isábena |
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Hospedería de la Catedral, Roda de Isábena |
Tuvimos que reservar por tfno ya que por mucho que tengan mail, responden que sólo aceptan reservas por ese otro medio, tuvimos que llamar dos veces porque estaban ocupados, y como doblan mesa, nos instaron a venir en hora dictada por ellos.
Llegamos puntuales, nos instalamos a nuestra mesa de dos, y nos entregan una carta amplia con platos sencillos y algunos de carne de caza.
Mientras esperamos a que nos quieran tomar nota, una camarera se pasea de un lado a otro del comedor sin más, y con aire serio. Como pasa por nuestro lado con una apatía total, le digo que ya pueden tomarnos nota cuando quieran, y a penas me contesta con un "si..ahora", y sigue su ronda inútil, menos mal que había que ser puntuales.
La primera impresión no es nada buena ya que en un lugar como éste, se espera algo más de profesionalidad en el servicio y sobretodo don de gente, que aquí parece inexistente.
Viene al rato una señora, suponemos dueña del negocio, y nos toma nota sin más simpatía. Por el calor sofocante del día, no venimos con demasiado apetito, así que nos decidimos por platos más bien ligeros: una ensalada variada con queso de cabra, cordero a la brasa, y trucha.
Los platos no tardan demasiado, y los productos son frescos. Sin embargo, el cordero no tiene demasiada consistencia, y la trucha resulta ser dos truchas, una cantidad demasiado grande, en contraste con un acompañamiento muy pobre de unos guisantes pasados y medio limón con medio tomate cherry encima. El plato resulta soso y poco convincente.
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"Trucha", Hospedería de la Catedral |
Y por culpa de un pequeño mareo, mi apetito se reduce aún más. Parece que ningún camarero tenga mesa asignada, resulta un poco caótica la forma de atender. Y entre 4 camareros, sólo una camarera atiende con la sonrisa, las otras parecen muy apáticas e incluso secas, y el camarero se pasea con la bandeja en el pecho marcando ritmo a golpecitos, tal cual estuviera en el bar de la esquina o en su casa. En un sitio como éste, no resulta apropriado ya sólo por cuestión de respeto hacia los comensales qui vienen a disfrutar de un lugar con encanto.
La camarera sonriente me pregunta si hay algún problema con el pescado ya que sólo he comido una trucha y la otra se queda entera, detalle que se aprecia por su parte. Y le digo que no se preocupe que es por falta de más apetito, y ahí lo deja. Pero otra viene detrás y me pregunta lo mismo. Después de resumirle en pocas palabras que me encuentro indispuesta, y en vez de preguntar sin más si deseo que me lo ponga en una cajita para llevar, tiene la osadía de decir con tono de reproche que le da pena tirar tanta comida.
Primero, no creo que debiera darle explicaciones ya que el plato lo voy a pagar igual, y segundo, en la carta pone explicitamente "trucha" no "truchas". Creo que puedo comer lo que deseo sin obligación y sin deberle cuentas a nadie ya que no se elige cuando una se encuentra mal ni el por qué, que no incumbe a nadie. Está claro que yo no tiro comida en mi casa, pero hay maneras de decir las cosas a los clientes, desde luego esa no fue para nada la mejor y me indignó que se excediera con su insistencia, que igual si tanto le importaba la otra trucha, se la hubiera comido ella!
Desde luego echamos de menos la buena atención y las sonrisas que hacen disfrutar de una buena comida además de la propia cocina. Y el control de las mesas también deja mucho que desear cuando cada uno se pasea sin rumbo a la espera de recoger una botella o un plato, pero sin realmente ponerle ganas en atender de la mejor forma al comensal.
Lo mejor de la Hospedería de la Catedral es el sitio, y parece que se aprovechan de que la gente se sienta atraída por comer en un monumento histórico, sin estar a la altura del servicio y trato que se esperaría, ¡ni que estuviéramos en una cantina!
Y por muy mal día que se pueda tener, el estado de ánimo nunca debe empañar la profesionalidad, ya que de eso depende la imagen del local, y también el trabajo del personal, por si no lo saben. Se resiente la falta de madurez y saber estar en general. Una pena porque un sitio así vale mucho más que una caras antipáticas y una cocina sin nada que destacar.
Nos enteramos por una conversación cercana entre la señora que regenta el establecimiento y unos clientes conocidos suyos, que acababa de regañar a su personal por su conducta poco apropiada, ya que no estaban por lo que tenían que estar, como tomar nota a los clientes en vez de hacer de botones en la puerta. Igual deberían aclarar los puntos sobre la organización y el trato que deberían ofrecer. Porque por muy bonito que sea el sitio, no todo lo hacen las paredes.
Personalmente, puedo recomendar la Hospedería de la Catedral para probar la mera experiencia de comer en un sitio histórico, pero nada más. Yo no repetiría. Y discrepo con muchos comentarios de Trip sobre el lugar, ya que en nuestro caso, ni el servicio ni la comida fueron los esperados. Visitamos muchos restaurantes de diferente categoría, y éste nos decepcionó con creces ante unas expectativas demasiado altas por lo visto. Sólo nos quedamos con la experiencia de haber comida en el refectorio de una catedral.
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Claustro de la Catedral de Roda de Isábena |
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Claustro de la Catedral de Roda de Isábena |
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Claustro de la Catedral de Roda de Isábena |
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Claustro de la Catedral de Roda de Isábena |
Después de darnos un pequeño paseo por el claustro, en obras, y luego por el pueblo, al ser lunes y festivo supusimos que la Catedral no abriría, así que seguimos nuestro camino y paramos en La Puebla de Roda para ver otro puente y disfrutar del paisaje.
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La Puebla de Roda |
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La Puebla de Roda |
Retomamos el camino y nos detenemos en
Serradúy, justo en el borde de la carretera para tomar una foto de su pequeño puente e iglesia.
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Serradúy |
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Serradúy |
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Serradúy |
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Lavadero, Serradúy |
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Serradúy |
Nuestro recorrido sigue hasta
Pont de Suert atravesando la montaña, literalmente...
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Iglesia de Pont de Suert |
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Iglesia de Pont de Suert |
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Iglesia de Pont de Suert |
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Pont de Suert |
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Pont de Suert |
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Pont de Suert |
Y por muy adultos que seamos, siempre guardamos en nuestro interior el recuerdo de nuestra niñez con una pequeña nostalgia, decidimos visitar la
Exposición de Playmobil, justo en un local en frente de la iglesia por
3€. Os lo recomiendo, es un gran trabajo, les encantará a los niños, y uno se maravilla siempre por mucho que pasen los años.
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
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Expo Playmobil, Pont de Suert |
Y retomamos ruta hacia
Sopeira siguiendo el curso del río y disfrutando de este paraje impresionante entre montañas y atravesando túneles.
En Sopeira, nos encontramos ante un bonito monasterio escondido, una parada que merece la pena sin duda...
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Monasterio de Sopeira |
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Monasterio de Sopeira |
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Monasterio de Sopeira |
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Sopeira |
Acabamos nuestra encantadora ruta en
Puente de Montañana.