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viernes, 26 de agosto de 2016

Tercer día en Huesca: Capellana, Roda de Isábena, La Puebla de Roda, Serradúy, Pont de Suert, Sopeira, Puente de Montañana

Nuestro último día de fin de semana por la parte oriental de Huesca, otra vez nos espera ese maravilloso desayuno del Hotel Boutique Bodegas de Arnés.

Y despidiéndonos de los anfitriones después de una buena charla y con la promesa de volver y de transmitir nuestros buenos comentarios a nuestros conocidos para que vengan a disfrutar del lugar también, emprendemos nuestro recorrido de hoy hacia Roda de Isábena, el pueblo más pequeño con sede catedralicia, dónde tenemos reservada una mesa en el refectorio de su Catedral.

Pero antes, nos detenemos un rato en Capellana para admirar su puente medieval. Se encuentra al borde de la carretera y hay un gran parking para poder aparcar tranquilamente, aunque algunos con poco criterio, por decirlo de alguna manera, prefieren aparcar justo debajo del puente para tener sombra. Por lo que tomar una buena foto del lugar no resulta de lo más fácil.

Puente medieval de Capellana

Puente medieval de Capellana

Vista desde el puente medieval de Capellana
Seguimos nuestra ruta disfrutando de una paisaje increible, y llegamos a Roda de Isábena. Dejamos el coche en el parking justo a la entrada ya que se trata de un pequeño pueblo peatonal.
Las vistas desde aquí arriba son inmejorables...

Vistas desde Roda de Isábena

Entrada a Roda de Isábena

Vistas desde Roda de Isábena

Roda de Isábena

Roda de Isábena

Entrada a Claustro y refectorio de la Catedral de Roda de Isábena
Entramos en el Claustro de la Catedral para acceder a la Hospedería de la Catedral, y el refectorio que sirve de comedor es imponente por la historia que encierran sus paredes.
Refectorio, comedor Hospedería de la Catedral

Hospedería de la Catedral, Roda de Isábena

Hospedería de la Catedral, Roda de Isábena
Tuvimos que reservar por tfno ya que por mucho que tengan mail, responden que sólo aceptan reservas por ese otro medio, tuvimos que llamar dos veces porque estaban ocupados, y como doblan mesa, nos instaron a venir en hora dictada por ellos. 

Llegamos puntuales, nos instalamos a nuestra mesa de dos, y nos entregan una carta amplia con platos sencillos y algunos de carne de caza. 
Mientras esperamos a que nos quieran tomar nota, una camarera se pasea de un lado a otro del comedor sin más, y con aire serio. Como pasa por nuestro lado con una apatía total, le digo que ya pueden tomarnos nota cuando quieran, y a penas me contesta con un "si..ahora", y sigue su ronda inútil, menos mal que había que ser puntuales.
La primera impresión no es nada buena ya que en un lugar como éste, se espera algo más de profesionalidad en el servicio y sobretodo don de gente, que aquí parece inexistente. 

Viene al rato una señora, suponemos dueña del negocio, y nos toma nota sin más simpatía. Por el calor sofocante del día, no venimos con demasiado apetito, así que nos decidimos por platos más bien ligeros: una ensalada variada con queso de cabra, cordero a la brasa, y trucha. 
Los platos no tardan demasiado, y los productos son frescos. Sin embargo, el cordero no tiene demasiada consistencia, y la trucha resulta ser dos truchas, una cantidad demasiado grande, en contraste con un acompañamiento muy pobre de unos guisantes pasados y medio limón con medio tomate cherry encima. El plato resulta soso y poco convincente.

"Trucha", Hospedería de la Catedral
Y por culpa de un pequeño mareo, mi apetito se reduce aún más. Parece que ningún camarero tenga mesa asignada, resulta un poco caótica la forma de atender. Y entre 4 camareros, sólo una camarera atiende con la sonrisa, las otras parecen muy apáticas e incluso secas, y el camarero se pasea con la bandeja en el pecho marcando ritmo a golpecitos, tal cual estuviera en el bar de la esquina o en su casa. En un sitio como éste, no resulta apropriado ya sólo por cuestión de respeto hacia los comensales qui vienen a disfrutar de un lugar con encanto. 

La camarera sonriente me pregunta si hay algún problema con el pescado ya que sólo he comido una trucha y la otra se queda entera, detalle que se aprecia por su parte. Y le digo que no se preocupe que es por falta de más apetito, y ahí lo deja. Pero otra  viene detrás y me pregunta lo mismo. Después de resumirle en pocas palabras que me encuentro indispuesta, y en vez de preguntar sin más si deseo que me lo ponga en una cajita para llevar, tiene la osadía de decir con tono de reproche que le da pena tirar tanta comida. 
Primero, no creo que debiera darle explicaciones ya que el plato lo voy a pagar igual, y segundo, en la carta pone explicitamente "trucha" no "truchas". Creo que puedo comer lo que deseo sin obligación y sin deberle cuentas a nadie ya que no se elige cuando una se encuentra mal ni el por qué, que no incumbe a nadie. Está claro que yo no tiro comida en mi casa, pero hay maneras de decir las cosas a los clientes, desde luego esa no fue para nada la mejor y me indignó que se excediera con su insistencia, que igual si tanto le importaba la otra trucha, se la hubiera comido ella!

Desde luego echamos de menos la buena atención y las sonrisas que hacen disfrutar de una buena comida además de la propia cocina. Y el control de las mesas también deja mucho que desear cuando cada uno se pasea sin rumbo a la espera de recoger una botella o un plato, pero sin realmente ponerle ganas en atender de la mejor forma al comensal.

Lo mejor de la Hospedería de la Catedral es el sitio, y parece que se aprovechan de que la gente se sienta atraída por comer en un monumento histórico, sin estar a la altura del servicio y trato que se esperaría, ¡ni que estuviéramos en una cantina!

Y por muy mal día que se pueda tener, el estado de ánimo nunca debe empañar la profesionalidad, ya que de eso depende la imagen del local, y también el trabajo del personal, por si no lo saben. Se resiente la falta de madurez y saber estar en general. Una pena porque un sitio así vale mucho más que una caras antipáticas y una cocina sin nada que destacar.

Nos enteramos por una conversación cercana entre la señora que regenta el establecimiento y unos clientes conocidos suyos, que acababa de regañar a su personal por su conducta poco apropiada, ya que no estaban por lo que tenían que estar, como tomar nota a los clientes en vez de hacer de botones en la puerta. Igual deberían aclarar los puntos sobre la organización y el trato que deberían ofrecer. Porque por muy bonito que sea el sitio, no todo lo hacen las paredes. 

Personalmente, puedo recomendar la Hospedería de la Catedral para probar la mera experiencia de comer en un sitio histórico, pero nada más. Yo no repetiría. Y discrepo con muchos comentarios de Trip sobre el lugar, ya que en nuestro caso, ni el servicio ni la comida fueron los esperados. Visitamos muchos restaurantes de diferente categoría, y éste nos decepcionó con creces ante unas expectativas demasiado altas por lo visto. Sólo nos quedamos con la experiencia de haber comida en el refectorio de una catedral.
Claustro de la Catedral de Roda de Isábena

Claustro de la Catedral de Roda de Isábena
Claustro de la Catedral de Roda de Isábena

Claustro de la Catedral de Roda de Isábena

Después de darnos un pequeño paseo por el claustro, en obras, y luego por el pueblo, al ser lunes y festivo supusimos que la Catedral no abriría, así que seguimos nuestro camino y paramos en La Puebla de Roda para ver otro puente y disfrutar del paisaje.

La Puebla de Roda

La Puebla de Roda

Retomamos el camino y nos detenemos en Serradúy, justo en el borde de la carretera para tomar una foto de su pequeño puente e iglesia.
Serradúy

Serradúy

Serradúy

Lavadero, Serradúy

Serradúy
Nuestro recorrido sigue hasta Pont de Suert atravesando la montaña, literalmente...


Iglesia de Pont de Suert

Iglesia de Pont de Suert

Iglesia de Pont de Suert

Pont de Suert
Pont de Suert

Pont de Suert
 Y por muy adultos que seamos, siempre guardamos en nuestro interior el recuerdo de nuestra niñez con una pequeña nostalgia, decidimos visitar la Exposición de Playmobil, justo en un local en frente de la iglesia por 3€. Os lo recomiendo, es un gran trabajo, les encantará a los niños, y uno se maravilla siempre por mucho que pasen los años.

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert

Expo Playmobil, Pont de Suert
Y retomamos ruta hacia Sopeira siguiendo el curso del río y disfrutando de este paraje impresionante entre montañas y atravesando túneles.
En Sopeira, nos encontramos ante un bonito monasterio escondido, una parada que merece la pena sin duda...

Monasterio de Sopeira

Monasterio de Sopeira

Monasterio de Sopeira

Sopeira
Acabamos nuestra encantadora ruta en Puente de Montañana.

Puente de Montañana

Puente de Montañana

Puente de Montañana

Puente de Montañana
 Y aquí acaba nuestro fin de semana en Huesca. Os animo a recorrer sus bonitos pueblos y descubrir sus impresionantes paisajes.



jueves, 18 de agosto de 2016

Segundo día de fin de semana en el Sobrarbe: visita de Aínsa, Boltaña, Jánovas

Empezamos este segundo día tan caluroso como el anterior con buen pie en nuestra "habitación de reyes" en el Hotel Bodegas de Arnés, cerca de Graus, con ganas de probar el desayuno del lugar antes de dirigirnos al Sobrarbe para visitar el famoso pueblo medieval de Aínsa.

Como no somos madrugadores y después de todo, hemos venido también para poder descansar, Bajamos al comedor hacia las 10h como acordado con nuestros anfitriones. Y nos espera una mesa con un desayuno impresionante! 
Reiner, nos trae un plato con diferentes frutas cortadas, y tenemos ya en la mesa jamón de la zona con tomate, quesos deliciosos, yogures de cabra y oveja para chuparse los dedos, magdalenas caseras, tostadas, mermelada casera, zumo de naranja recién exprimido, y podemos tomar huevos, repetir café o lo que sea. 
Creo que en pocos sitios tenemos un servicio y una propuesta tan estupendos y de categoría por un precio muy correcto. Desde luego vale la pena reservar con desayuno e incluso media pensión. Es verdad que hay restaurantes por Graus, pero dudo mucho que estén a la misma altura, aunque es opinión personal y sin poder comparar ya que no probamos ninguno. Pero hablo por la satisfacción de haber elegido un hotel espectacular para este fin de semana que esperábamos con mucho anhelo.


Parte del desayuno del Hotel Bodegas de Arnés, Graus
Y acabando nuestro delicioso y completo desayuno con una amena conversación con Ángel, nos disponemos a emprender la ruta hacia Aínsa a unos 20 minutos de aquí. Bueno eso si no tomáis la estrecha ruta llena de curvas entre aldeas y pasando por el templo budista cercano. Puede ser bonito para quienes no se mareen, para los demás, no os lo recomiendo en absoluto. Mejor pasad por El Grado y de paso, poder disfrutar del paisaje, cosa que nosotros tendremos que hacer para otra vez.

Y por fin después de esta ruta tortuosa, nos encontramos en Aínsa! Podéis dejar el coche lo más cerca posible del casco antiguo en el aparcamiento justo a la entrada del castillo, por 2,50€ todo el día.
Os dejo fotos de Aínsa porque una imagen vale más que mil palabras, como siempre...
Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Aínsa

Vistas desde Aínsa

Vistas desde Aínsa

Aínsa
Y para comer reservamos en el Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, en el centro, no muy lejos bajando andando del casco histórico. Este hotel dispone de varios comedores, uno en terraza cubierta, otro informal, otros dos más modernos. 

Nos dan una mesa con vistas al río Ara, seco por falta de lluvia, y todo el local está bastante lleno, pero nos atienden muy rápido y con mucha amabilidad. Nos sorprende el menú tan extenso, válido para todas las salas, y a un precio muy asequible siendo domingo. Por 15,50€, vino incluido, se puede elegir entre una extensa oferta de platos muy variados, aunque echo de menos una oferta más extensa en platos de verano frescos por el calor sofocante del día que no deja lugar a mucho apetito a quién le afecte las temperaturas más altas (opinión personal).

Elegimos ensalada de pollo empanado con mermelada de tomate y queso Idiazabal, y los corazones de alcachofa con salsa de foie (servidos tibios), está todo muy bueno, la salsa muy fina.
De segundo, optamos por la longaniza de Graus, y el lomo de atún marinado en vinagre de Módena y soja, todo bueno y fresco también. 
Menú del Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, Aínsa

Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, Aínsa

Ensalada de pollo empanada con mermelada de tomate
y queso Idiazabal, Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, Aínsa


Longaniza de Graus,
Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, Aínsa
Lomo de atún marinado en vinagre de Módena y soja, Hotel Sánchez, el Balcón del Ara, Aínsa
El servicio es muy rápido y amable, y el sitio perfecto para seguir disfrutando de Aínsa y alrededores. El precio insuperable, os lo recomiendo. Además, viendo las terrazas llenas en el casco antiguo, y que el precio debe ser bastante superior por el lugar, creo que el Hotel Sánchez es muy buena opción calidad-precio, por 31€ dos personas, no se puede pedir más.

Acabamos nuestra visita de Aínsa con ricos granizados de limón y de té de roca, típico del lugar y con sabor a hierbas de montaña del chiringuito a la salida del castillo, servidos con mucha amabilidad. Y seguimos nuestra ruta hasta Boltaña, pequeño pueblo de piedra, que en estas fechas está de fiestas, pero pudimos visitar su iglesia y alguna callejuela, bien vale la paradita.

Boltaña, Sobrarbe

Boltaña, Sobrarbe

Boltaña, Sobrarbe
Boltaña, Sobrarbe
Boltaña, Sobrarbe
Boltaña, Sobrarbe
Boltaña, Sobrarbe
Boltaña, Sobrarbe
Nuestro pequeño recorrido en Boltaña terminado, seguimos la ruta admirando el bello paisaje y las piscinas naturales que desfilan. Y buscamos el pueblo en ruinas de Jánovas.
Está muy mal señalizado a mano izquierda, con lo que implica algo de peligro por esta carretera sinuosa el querer cruzarla. Así que nosotros vamos más para adelante pensando que hay entrada mejor señalizada que un cartel que reza medio borrado "Jánovas en renovación" y con una valla en medio del camino.
En fin, que damos la vuelta y nos metemos por la entrada medio escondida en la que alguien ya ha retirado la valla con el cartel encima. Y podemos aparcar en un parking de tierra en la entrada justo delante del río. Hay gente bañándose en la piscina natural que nos ofrece este encantador paisaje.


Jánovas
Jánovas
Jánovas

 Nos adentramos en lo que queda del pueblo...

Jánovas
Jánovas

Jánovas

Jánovas

Jánovas
Jánovas
Jánovas

Jánovas
Jánovas

Jánovas
Puente colgante de Jánovas

Puente colgante de Jánovas

piscinas naturales de Jánovas
 Y ahora se impone un bañito fresquito!

Piscinas naturales de Jánovas

Jánovas
 Nos despedimos de Jánovas disfrutando de las vistas desde su mirador...
Mirador de Jánovas

Piscina natural cerca de Jánovas

Paisaje cerca de Jánovas
Y aquí termina nuestras excursiones de hoy, seguro que os animáis a ir, a pesar de que las fotos no reflejan del todo la belleza in situ.

De vuelta a nuestro hotel, llegamos algo tarde así que decidimos pasar directamente al comedor dónde nos espera nuestra mesita y Reiner con la carta. Esta vez, pediremos la ensalada con vinagreta frutal y queso de cabra, y la sugerencia del día: carpaccio de tomate rosa y chipirones. Como siempre muy rico todo.
Carpaccio de tomate rosa y chipirones, Bodegas de Arnés
 De segundo, será el lomo de rodaballo con verduras, y el medallón de ternasco con semi-glacé al Somontano, la misma calidad. Y de postre, probamos el Toffee y el postre del día: peras flambeadas con Vodka y salsa de vainilla, ¡una delicia!

Lomo de rodaballo con verduras y mahonesa de cítricos

Peras flambeadas con Vodka y salsa de vainilla,
Bodegas de Arnés
Muy cansados pero contentísimos de nuestro día, nos damos una buena ducha, y a la cama para estar en forma para las nuevas aventuras que nos esperan...

Siguiente entrada: último día de fin de semana en Huesca.