Por lo que primero, nos detenemos en dicha localidad que nos viene de paso, para poder empezar el fin de semana con una buena comida. El restaurante elegido es el Vinatea (C/ BLasco de Alagón, nº17, Morella. T. 964160744), ubicado justo en la calle principal, debajo de los arcos.
Reservamos por mail con bastante antelación, aunque la confirmación se recibe por teléfono el mismo día, lo que te deja poco margen para poder reservar en otro local. Como no queríamos que nos llamaran en medio de la carretera, decidimos adelantarnos y llamar antes, nos confirmaron la reserva. Pero por lo visto, la comunicación interna no era demasiado buena ya que más tarde, nos llamaron ellos para otra vez confirmarla.
Por fin llegamos a Morella, sorprendidos por la poca afluencia de turismo este fin de semana festivo para buena parte del mundo. Por lo visto, la mayoría se concentrara en la costa. Pues mucho mejor para nosotros, decididos a pasar estos días sin agobios.
Morella |
Morella |
Morella |
![]() |
Morella |
El restaurante Vinatea se podría describir como de categoría, con una decoración moderna y cómoda. El recibimiento es amable y atento en todo momento.
![]() |
Restaurante Vinatea, Morella |
Y para empezar con buen pie, pedimos un vermut casero. La carta tiene bastante variedad, y también disponen de menú. Nosotros elegimos carta por querer probar otros platos, como el carpaccio de buey con helado de mozzarella y vinagreta con avellanas, de los mejores que hayamos probado, que resultó un plato muy fresco y lleno de sabor.
Quisimos probar también las croquetas morellanas, pensando que la casa aportaría su toque especial, pero a pesar de los suaves que estaban, he de decir que me esperaba un relleno algo más elaborado, y alguna guarnición, ya sólo para dar algo de color al plato.
![]() |
Croquetas morellanas, Vinatea, Morella |
![]() |
Entrecôte, Vinatea, Morella |
![]() |
Hamburguesa de vaca vieja, Vinatea, Morella |
A pesar de que el personal parecía bastante ajetreado por la faena, sin estar el local completo, la espera entre cada plato fue muy corta, pero hay que reconocer que al estar en la mesa más cercana a la barra y a la cocina, el ir y venir de los camareros y las indicaciones o comandas que se pasan en voz alta, no hicieron de este momento el más relajante.
Como detalle, en la antesala para acceder a los lavabos, bajando la escalera, se encuentra una bonita bodega, y como curiosidad hay un pozo por el que uno se puede asomar a través del metácrilato que lo protege, y observar el fondo.
![]() |
Bodega del Vinatea, Morella |
![]() |
Pozo del Vinatea, Morella |
En cuanto a los postres, son todos caseros, el sorbete de mango con licor muy bueno y digestivo, y el cóctel valenciano muy rico también.
![]() |
Carta de postres, Vinatea, Morella |
![]() |
Sorbete de mango con licor, Vinatea, Morella |
![]() |
Cóctel valenciano, Vinatea, Morella |
El precio es algo caro, unos 75€/ pareja (sin vino), el pan se cobra a 1,50€ por persona y lo ponen sin preguntar, así que mejor avisar si no se desea, y el café con hielo a 2€, es excesivo.
Pero en general, es un restaurante que ofrece productos de calidad y se nota su preocupación por sus clientes. Creo que es un lugar para repetir, y quizás probar uno de sus cócteles en la parte dedicada a ello, que parece muy agradable también.
Dejamos Morella para dirigirnos a nuestro hotel, El Cantón Rural, en La Cuba, en Teruel. El último tramo de carretera no está en el mejor estado, pero es practicable sin problemas a una velocidad adecuada. Justo antes de entrar en el pueblo, hay que girar a la izquierda pasando un pequeño puente y siguiendo la carretera que rodea el pueblo, en seguida llegamos al hotel, solitario, si no es por el acompañamiento, a veces, de algunas reses del entorno.
Entramos por la gran verja del jardín y dejamos el coche en la parte trasera, dónde hay un parking enorme y una pequeña parte cubierta para dar sombra. El paraje es muy tranquilo, rodeado de colinas, invita a la relajación total.
El hotel El Cantón Rural es un establecimiento familiar, y la acogida va en consonancia, demostrando confianza y buen humor, y ofreciendo información turística desde el primer momento.
El hotel, lo construyeron hace 11 años, guardando la estructura y decoración fiel de la zona, rústica y con materiales nobles. Se accede al alojamiento por el jardín delantero, dónde constan varias puertas de entrada con unas dos o tres habitaciones por escalera, la nuestra siendo una de las dos suites (99€/noche), y compartiendo rellano con otra habitación bastante alejada.
![]() |
El Cantón Rural, La Cuba, Teruel |
![]() |
El Cantón Rural, La Cuba |
Irene nos acompaña hasta nuestros aposentos, y nuestra habitación se revela muy amplia ya que consta de dos baños completos con ducha, una cama extra grande con una salita, y una gran estancia dónde se ubica la bañera hidromasaje y el armario.
![]() |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
Vistas desde la Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
A pesar de ser abuhardillada, la temperatura es bastante agradable ya que por la noche refresca, aunque si se usa el jacuzzi antes, la humedad residual puede aumentar la sensación de calor, y nohay aire acondicionado. En todo caso, hay mosquiteras en las ventanas, así que se pueden abrir sin problemas, aunque pronto por la mañana, los rayos del sol pueden molestar. os recomiendo poner las compuertas.
No le falta ningún detalle a la habitación, con una limpieza impecable: toallas extras, zapatillas, botellitas de agua y amenities repuestas cada dia, caramelitos que dan el toque a la bienvenida, y también set de costura, tiritas. En fin, un esmero evidente para contentar al máximo al cliente. Y disponemos de muchos espejos para poder retocarnos.
También hay tv plana que se puede ver tanto desde el jacuzzi como desde la cama, la verdad que no la encendimos porque preferimos disfrutar de la tranquilidad del lugar y desconectar totalmente.
En cuanto a la cama, soy bastante delicada en este tema, y por eso viajo, en la medida de lo posible, con mis almohadas. Pero las del hotel son de viscolástic, así que seguro que son muy cómodas. Lástima que el colchón no lo sea tanto. Dormí bastante mal por culpa de los muelles que se me clavaban en el cuerpo. Otro detalle que eché en falta fue una luz de cabecera individual, ya que la que hay es general, y si uno quiere dormirse antes, no le es posible. Y también, a resaltar que por desgracia como en la mayoría de los hoteles, la insonorización entre habitaciones no es la adecuada, se oyen voces, y la ducha del vecino. Sin mencionar los que siempre vuelven más tarde, y pensando que están sólos, no saben cerrar las puertas discretamente.
Ya acomodados, nos damos un paseo por el pueblo, al cuál se accede vía la misma carretera de llegada, no tiene acera por lo que hay que tener un poco de cuidado, pero no es una zona muy transitada, así que sin problemas.
Como eran las fiestas del pueblo y llegamos justo a la hora de los lanzamientos de polvo de tiza de colores, nos desviamos para subir a ver la iglesia (cerrada) y sentarnos un ratito a descansar. Luego quisimos investigar un poco las pocas calles del pueblo, pero la verdad que poco ofrece, así que regresamos al hotel para disfrutar de nuestro primer baño relajante.
![]() |
La Cuba, Teruel |
La bañera de hidromasaje es una maravilla, con luz de colores que se puede cambiar al gusto, y los chorros masajeándonos, ¡un momento de relax romántico perfecto! Lo disfrutamos al máximo.
![]() |
Suite de El Cantón Rural, la Cuba |
Y ya viene la hora de la cena. Unos días antes de nuestra llegada, avisamos al hotel de que queríamos cenar cada noche en su restaurante, ya que por la zona cercana hay poca oferta, y preferíamos quedarnos en el mismo alojamiento para poder descansar lo máximo.
El restaurante se encuentra en la primera planta desde la recepción, y consta de varias mesas, algunas grandes para acoger a grupos o familias. Es muy tranquilo, por lo que las veladas son agradables.
![]() |
Restaurante de El Cantón Rural, la Cuba |
Nos atiende Irene, dicharachera, su padre, auténtico, o su hermana Eva, un encanto, con su sonrisa y dulzura.
Ofrecen carta bastante variada, y dos menús a precios razonables. La cocina es casera y de calidad, con muy buena elaboración y presentación, y con descuentos para huéspedes en menús (unos 15-16€ el menú) y posibilidad de variar algunos platos al estar alojados varios días.
Hay variedad de carnes, ya que la zona es famosa por ello, y el género se nota fresco y de calidad. Lo que echamos en falta fue alguna ensalada más ya que sólo disponen de una con jamón, eso sí muy buena, y tampoco tienen mucho pescado, más que emperador y sepia. El dueño nos explicó que por la distancia a la costa, se les hace más complicado tener pescado fresco y prefieren dar preferencia a las carnes de la tierra.
La primera noche, elegimos el menú 1, el de menos platos, porque de entrante, ¡ya te sirven 3 platos!
![]() |
Entremes, El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Croquetas morellanas, El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Sepia, El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Solomillo ibérico, El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Helado de limón, El Cantón Rural, la Cuba |
![]() |
Piña rellena de crema catalana, El Cantón Rural, la Cuba |
La espera entre platos es mínima desde que toman comanda. Lo único que falló fue la temperatura de las bebidas, la cerveza estaba caliente, a pesar de estar 4 días en la nevera, como nos dijo, el vaso ni se inmutó ya que no hubo contraste de temperatura con la ambiente. Tuvimos que poner en cubito para enfriar el vaso. Y el vino blanco de Borja, nos encanta, y en su cubitera, lo dejamos un tiempo para que se enfriara bien. Vimos a otros comensales poner cubitos en el vino tinto, así que parece que tampoco estaba a la temperatura idónea.
Os recomiendo no pedir vermut ya que los que tienen no son caseros, como dijo el dueño "de los baratos", y podemos añadir que muy malos, tuvimos que cortarlo con tónica y aún así, no pudimos terminarlo. Eso sí, el dueño, que puede parecer algo seco a veces por la forma de ser de la zona, y muy hablador también, confiesa que por pasar demasiado tiempo sólo con sus vacas, se le nota generoso, nos quería dejar las botellas para servirnos a nuestro antojo, y siempre acabábamos la cena con un chupito de oruja regalado.
La verdad que tanto la comida como las cenas que tomamos en el lugar fueron muy buenas. Todo nos gustó, ¡hasta los postres! Y algún kilito engordamos sin duda.
También si os apetece, podéis comer en la terraza exterior o tomaros el café, bajo el porche. Admiten animales de compañía fuera, eso sí, que sean tranquilos.
Segundo día en el Maestrazgo > en la entrada siguiente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario